La pobreza, doña Soledad...

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En mi país ¡qué tristeza! La pobreza y el rencor” (Adagio a mi país-Zitarrosa). Meterme con don Alfredo es un sacrilegio. Separo arte de política. No cabe el odio. Ni a él ni a Galeano o Benedetti. Pero cuánta “manija” dieron.

Para quienes abrazamos como propia la “teoría de los 2 demonios” sabemos y nos consta que uno de esos diablos tenía un arma en una mano y la lira o la pluma en la otra. A esos “gurises de los 60's que empuñaron las armas contra un Estado democrático alguien les infundió el odio y ese “rencor” (que no es el mismo al que se refería Zitarrosa).

Ese eterno relato de la pobreza en una suerte de ofidismo intelectual para dibujar una abstracción irreal de un país de “pobres niños comiendo pasto”. Hoy se reedita la Pobreza como consigna y cabe preguntar:

¿Somos pobres?

-Llenamos Argentina de connacionales que fueron a comprar y vaciar Pharmashops y comprar toneladas en “bagayo” tolerado.

-El Uruguay que agotó pasajes en semana de Turismo

-Un país que ves en sus playas miles y miles de personas en día de semana en toda la franja costera pasándola “bomba”.

-¿Un país que permite sin chistar que el Estado pague licencias sindicales en 6 entes públicos gastando más de 2 millones de dólares? (Y casi sin control alguno). Un país pobre no permitiría esos lujos.

-¿Dónde quedaron las ollas populares que ni bien el Mides les exigió un mínimo control se esfumaron como por arte de magia?

-Un país pobre no se puede dar el lujo de vivir durante 14 meses en la eterna batalla electoral de internas, octubre, balotaje y municipales. ¿Tanto dinero tirado en “electoralitis”?

-Si hubiera tanta pobreza la gente se rebelaría ante planteos de más ministerios o secretarias de género o más alcaldías o curritos con ONG.

-Si fuéramos pobres el Pit-Cnt jamás hubiera recogido tantas firmas para fundir al país.

-Una sociedad pobre no deja la ciudad vacía en cuanto feriado se presenta ni llena espectáculos musicales, carnavalescos y deportivos pagando entradas caras. Y no son los “malla oro”. Esos se tienen que levantar a las 6 de la mañana al otro día.

El relato de la pobreza no se sostiene en los rankings internacionales. Uruguay está 1° en casi todo lo que lo midas en América Latina.

Los profesores de Lógica nos enseñan sobre cómo detectar Falacias en los discursos de los actores sociales o políticos. Una de tantas es la Falacia de la Generalización Indebida. O sea, a través de la inducción inferir que porque conocemos situaciones de pobreza (homeless por ej.) se generaliza y se acusa un gobierno de haber incrementado la pobreza.

Como si fuera tan fácil abatirla.

Como si gobiernos anteriores no hubieran aportado a profundizar un buen porcentaje de pobreza estructural que llevaría décadas erradicar.

¿Es pobre un país cuya central sindical propone trabajar menos horas ganando lo mismo y planteando el jubilarse a edades más tempranas que en el resto del mundo?

¡Mire doña Soledad póngase un poco a pensar!

Si en 15 años con todo a favor no pudieron. ¡No compre cuentos doña Soledad!

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