Entre encuestas, debates y redes: ¿qué pronunciamiento popular tronará el próximo domingo 27 de octubre?

Hay dos plebiscitos constitucionales en juego que requieren del 50% de los votantes más 1 voto para ser norma constitucional. Uno es el “SÍ” a los allanamientos nocturnos. Que respalda al orden público, la Policía y al pueblo, contra el narcotráfico y el crimen. La coalición republicana lo apoya. El Frente Amplio lo rechaza.

El otro es el acto político más demagógico que conoce la Historia democrática nacional. Para comprar votos el filocomunismo amo y señor del Frente Amplio -contra lo que se hace en todos los países libres- propone congelar la edad para jubilarse en 60 años, establecer como piso con vigencia desde ahora, a un salario mínimo nacional para las pasividades, y entre otras cosas robar los ahorros de centenares de miles de ciudadanos, administrados por las Afaps. Los dos primeros exigirían de aprobarse una monumental andanada de impuestos ya que el tesoro nacional será quien pague la fiesta. El robo de los ahorros -23.000 millones de dólares- por su parte, es como si a cualquier persona le roban su cuenta de banco sin compensación. Dará pie a reclamos monumentales contra el Estado. Basados en el “Pacto de San José” de Costa Rica, al que adhiere y que obliga a Uruguay que establece la propiedad es un derecho humano que debe respetarse.

La totalidad de la cátedra jurídica nacional le considera una atrocidad, y -a su vez- la totalidad de la academia económica -incluyendo a 112 economistas del Frente Amplio- le rechazan por sus consecuencias. El hecho ha tenido una doble virtud. Una es que los tupamaros con Mujica a la cabeza, y dirigentes como Carolina Cosse, rechazan la propuesta, pero, en aras de los intereses electorales no hacen campaña. ¿Es admisible ante este hecho la ambigüedad?

El ataque a la estabilidad nacional ha servido además para desnudar la absoluta incapacidad del candidato Yamandú Orsi para encarar seriamente algún tema. En este caso en varias conferencias, especialmente ante empresarios, ha demostrado que no tiene fundamentos de economía elementales y no ha articulado una sola idea, sobre el tema, ante auditorios varios.

En el marasmo ha llegado un dios Jano con dos caras para “tranquilizar a los mercados”. El economista Oddone cuando ejercía como tal, decía que de salir el plebiscito sobre seguridad social generaría otra crisis brutal como la de 2002. Ahora el Oddone político, dice que este terremoto se puede arreglar… Lo real es que la propuesta frenteamplista es un estruendoso tiro al aire.

El país viene viviendo más de cuatro años de una tranquilidad que llega al clima electoral. Observatorios imparciales le ubican como la única democracia plena latinoamericana y su renta por persona de 20 mil dólares es la más alta de la región. El gobierno tiene un 50% de opinión favorable, al igual que el presidente Lacalle Pou. Han caído el desempleo, subido los salarios reales, y el ánimo del consumidor es de optimismo. Estas realidades y otras razones contra pronósticos erráticos fundamentan vaticinar un respaldo popular a la coalición republicana en octubre, superior al Frente Amplio. Y que, probablemente Álvaro Delgado, con su experiencia y el equipo de la coalición de gobierno actual, sea electo Presidente de la República en el balotaje del domingo 24 de noviembre subsiguiente.