Luego del ataque al Congreso de los Estados Unidos por parte de los seguidores de Donald Trump que contestaban el resultado de la elección que, incentivados por el entonces presidente, consideraban un fraude.
Un general norteamericano publicó un artículo en el Washington Post manifestando la preocupación sobre el día siguiente a las elecciones presidenciales en 2024 y a la amenaza de división entre los militares, lo que podría poner en riesgo la democracia en el país.
El alerta del militar norteamericano sobre el quiebre de los valores democráticos en EE.UU., a partir de una acción política de las Fuerzas Armadas, no podría ser más actual para el escenario político brasileño. La descripción hecha por el militar norteamericano se asemeja mucho a una serie de actitudes que ponen a las fuerzas armadas brasileñas en el centro del debate político nacional.
La gradual profesionalización de las FF.AA. en los últimos 35 años está siendo probada en los días que corren.
En el actual gobierno, surgió una situación diferente que no se había dado en los gobiernos anteriores desde 1985.
Desde el período de gobiernos militares, en los últimos treinta años, pueden haber surgido tensiones esporádicas pero actualmente se acentuaron a partir de la participación de un gran número de militares en actividad y retirados en cargos públicos en el gobierno federal.
La creciente exposición de los militares en el gobierno, con acusaciones de corrupción, de amenaza a la democracia y en contra de las urnas electrónicas y de las acciones del Tribunal Superior Electoral (TSE), están causando un fuerte desgaste a la imagen pública de las FF.AA.
Preocupa la politización de las Policías Militares de los estados, en especial, si apoyan a personas armadas, no militares, pasibles de reforzar un movimiento de apoyo al presidente, porque podrían confrontar con las propias FF.AA.
En las últimas semanas, hubo afirmaciones de que las Fuerzas Armadas no asistirán pasivamente a las elecciones, de que las FF.AA. deberán realizar un conteo paralelo de votación, por cuestionar al sistema de urnas electrónicas y a la transparencia en el recuento de votos (auditoría privada).
El pedido del Ministro de Defensa para la divulgación de las sugerencias de mejoramiento de la elección presentada por los militares, sobre la función de las FF.AA. (“el permanente estar a la orden de las FF.AA. para el cumplimiento de sus misiones constitucionales”) parecen reforzar la idea de que las FF.AA. podrían desempeñar un papel de poder moderador, a la luz del artículo 142 de la Constitución, cuando en realidad no hay una nueva misión para las FF.AA., además de aquella definida por la Carta Magna, como lo decidido por el STF.
A pesar de la incertidumbre de las afirmaciones sobre la preservación de la democracia, sobre elecciones problemáticas, sobre el acto de fuerza que ponga en riesgo las instituciones (“solo Dios me saca de allá”), la parcialidad del TSE, no hay señales de que las FF.AA., como institución, puedan meterse en una aventura que amenace a las elecciones y a la democracia.
La discreción de la mayoría de los líderes militares, en especial del Alto Comando, parece indicar que los militares deberán mantenerse dentro de su papel de institución del Estado, profesional, sin interferencia política en apoyo de partidos o grupos políticos o en decisiones tomadas por las instancias civiles competentes.
Por todo esto, no me parece que haya una amenaza a la realización de las elecciones, ni acciones violentas antes del 2 de octubre, pero el guion que está siendo trazado indica que, dependiendo del resultado de la elección, es real el riesgo de que en el día 2 haya movilización de grupos radicales armados para intentar atacar el Supremo Tribunal Federal/Supremo Tribunal Electoral, no al Congreso, como en el caso de los EE.UU.
De cualquier manera, la sociedad civil, el Congreso y las propias FF.AA. deberán estar atentos y movilizados para evitar cualquier intento de amenaza a la democracia.
Las elecciones brasileñas están despertando una creciente atención en el exterior, también por la presencia dominante de dos políticos que, por razones diferentes, despiertan fuertes reacciones y aprensión sobre las perspectivas políticas y económicas del país.
La preocupación con la preservación de la democracia y la condena al autoritarismo está muy presente hoy en un escenario de gran inestabilidad global y de creciente confrontación entre dos regímenes de gobierno, representados por los Eestados Unidos y China-Rusia.
No tengo duda de que de haber cualquier quiebre de las reglas democráticas con el apoyo de las FF.AA., la reacción proveniente del exterior será inmediata y Brasil podrá ser objeto de sanciones económicas y comerciales que, además de aumentar el aislamiento internacional del país, afectarán aún más el crecimiento y los sectores más dinámicos de la economía nacional.
(*) Rubens Barbosa, presidente del Centro de Defensa y Seguridad Nacional (Cedesen)