Lejos estamos del rey Felipe II, el creador de las jornadas de 8 horas. Felipe “el Prudente” a fines del siglo XVI buscando la perfección y brindarle la mejor calidad de vida a sus albañiles y maestres repartió la jornada en 2 tandas de 4 horas y gracias a ellos tenemos obras como El Escorial y otras. La historia luego es conocida. Mártires de Chicago, aquí Batlle y Ordóñez y el mundo todo fue incorporando esas sabias 8 horas de trabajo, 8 de sueño y 8 de esparcimiento.
Uruguay pionero mantuvo la norma más de 100 años y hoy solo hay casos puntuales frutos de convenios o normas especiales en las que se reconoce las 6 horas diarias. Los sindicatos han dado dura lucha a la flexibilización laboral. Pero cuando les conviene han acordado “trampas a la ley”. Por ejemplo: en la salud existe lo que llaman “aguante de guardia”. Como muchos al trabajar lo hacen en 2 mutualistas a veces se retiran 20 minutos antes para llegar al otro trabajo en hora y el compañero “le marca la tarjeta” como si hubiera cumplido. Esto sería violatoria de normas de orden público, etc. El convenio colectivo lava todo.
Hoy don Marcelo Abdala y luego del 1º de mayo inició su “lucha” hacia las 6 horas. Su proclama no es antojadiza. Toda la movida de sindicatos latinoamericanos de manera coordinada viene planteándolo. Chile con Boric de presidente ha tomado la cabecera.
En Uruguay las voces empresariales y hasta las del Gobierno (con más prudencia) se han hecho sentir. Es cierto, no es aplicable para todas las empresas por igual.
Abdala las quiere todas. Trabajar menos y que te paguen igual, y encima pide ajuste correctivo por IPC y mejora del salario real al final. Lo anecdótico es que viene molesto por la reducción de impuestos planteada por el gobierno. Por cierto, no es un hombre fiable ni sobrio manejando sus reclamos. Y no aludo a nada personal. Tal vez sea un rara avis entre los analistas “multicolores”. No desprecio el planteo del dirigente sindical per se. Sí lo demencial de sus quimeras.
Vamos a un mundo plagado de desafíos. No redundaré en conceptos manidos. IA, robótica, domótica, teletrabajo y todo en dirección de suprimir miles y miles de puestos que quedarán obsoletos ya no en 20 años (en 6).
Habrá que ser ingeniosos para alentar ideas que permitan a la mayor cantidad de gente quedarse dentro del sistema. La reducción de la jornada sobre principios de rebaja salarial proporcional, convenio y acuerdo de productividad (si se quiere mejorar la paga) puede ser un camino.
Los empresarios y el gobierno sabrán mantenerse firme en la idea que salario y empleo van juntos como conceptos en los esquemas de costos empresariales que llamamos “Masa Salarial”. Si quieres elevar esa masa veamos entre todos cómo mejoramos la productividad y ahí conversamos. ¡Pero conversemos! A no olvidar: hemos dado 2 pasos importantes.
A) Personería jurídica. Solo negocio eso con alguien que exista jurídicamente.
B) No a la ultraactividad de los convenios. Puedo aceptar que si se me cae el negocio podemos ser más cautos en otorgar beneficios o hacer caer los que ya no podemos sustentar.
2025 es mañana. Ganémosle de mano a la ley del futuro posible que algunos redactaran con pluma irresponsable.