Libertad de acción

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El expresidente, José Mujica salió al rescate del economista Gabriel Oddone, quien sería el ministro de Economía de Yamandú Orsi y también selló la suerte del senador Charles Carrera.

Después del almuerzo con empresarios e inversores argentinos, y frente a algunas señales del mercado, era obvio que para respaldar las “ certezas” y “garantías” de no cambios, se hacía preciso alguna certeza más cierta y de ahí que Orsi se vio como obligado a anticipar que su ministro de Economía sería Oddone. Era medio sabido pero el candidato no terminaba de confirmarlo y dejaba la duda con circunloquios como lo ha hecho con otros temas.

Oddone en un economista reconocido y respetado que sabe que dos más dos son cuatro y eso es clave aunque no encaje en la ortodoxia doctrinaria. Hay otros en la coalición “progresis- ta” que también lo saben pero no lo soportan: la ideología les impide verlo; y apelan, además, a las “bases programáticas”.

La falta de énfasis de Orsi, más el tembladeral que el aviso provocó en la interna, hicieron que el economista tuviera algún traspié.

Juan Castillo, “pope” de los comunistas dijo que discrepaba y que no le gusta Oddone; otros fueron más allá y lo acusaron de “estar en pecado” por defender “al empresariado”.

Parece que para nombrar ministros tampoco hay mucha libertad de acción.

Salir del “confort” de la consultoría, la docencia y la academia y entrar en “la cancha” política es peligroso y decididamente incómodo: el campo está más embarrado, por decir lo menos.

Y Oddone se metió con el “plebiscito”, el del Pit-Cnt nada menos. Y generó dudas: se sometió a aquello de que la libertad de acción es para apoyarlo pero no para hablar en contra, como el economista ya lo había hecho más de una vez. Entendió, supongo, que ahora como futuro ministro tenía que “balancear”. Se le vinieron encima de un lado y del otro.

Es que el “plebiscito” de la burocracia sindical es dialéctica marxista pura, -“lo peor es lo mejor”-, y además el “atajo” que imaginó el Partido Comunista para adueñarse de la izquierda. Esta es hoy su gran pulseada con el MPP y no le importa dividir ni perder las elecciones, si es necesario.

De ahí que Mujica salió a “parar la mano” y en declaraciones a Búsqueda no dejo dudas. Fue muy concreto en que “el camino es la ley” y no el plebiscito, que éste “no es el mecanismo indicado”, que su aprobación puede “armar un caos”, que causaría “un lío importante” y fundamentalmente generaría “un problema” respecto a la “estabilidad jurídica del país” (adiós a las garantías y las certezas). En buen romance: con esto del plebiscito a no joder más. Se está contra, dijo el caudillo.

El veterano dirigente ahuyenta así algunas nubes. Y lo mismo ocurrió con el caso de Carrera. Sobre esta cuestión fue lapidario: dijo que “habría que tomar decisiones más claras” y que estas cosas no se disimulan sino que “se enfrentan”. Carrera ya había decidido renunciar como senador y en las últimas horas se supo que tampoco integrará la lista al Senado. Esto habla bien de él y de su grupo. Carrera, no metió la mano en la lata, sin dudas, pero sí metió la pata. Abusó de su poder, y tapó a la policía en algo mal hecho. No hay solidaridad que lo justifique. Eso no se premia con aplausos sino que se castiga según lo que la justicia criminal o civil dictaminen.

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