El ejemplo del agua es palmario. Resulta que la naturaleza nos está jugando una muy mala pasada, a pesar de lluvias recientes. La peor sequía en muchas décadas. Y en vez de mirar el bosque vemos el árbol. Y empezamos con la eterna cantinela de las acusaciones cruzadas y además como nadie resiste el archivo, la prueba es contundente, decisiva.
Basta ver declaraciones de Fernández Huidobro, la exministra Eneida de León o incluso del presidente Vázquez Rosas manifestando que se postergaba el Antel Arena en pos de enviar recursos para el manido tema del agua. Todo en “agua” de borrajas. Como la Reforma del Estado que hubiera sido la madre de todas las reformas.
Seguramente este gobierno también tenga su responsabilidad, ya que lleva más de tres años ejerciendo y las controversias entre Casupá, el proyecto Neptuno y la mar en coche, han sido notorias. Con el atenuante de que al Dr. Lacalle Pou le han tocado las 7 plagas de Egipto.
Pero así estamos, sintonizados en modo elecciones 2024 y se vitupera a diestra y siniestra. Colofón: la gente es la que padece las consecuencias. Y las está padeciendo. Entonces todos los comentarios son absolutamente baladíes, irresponsables, anticonciliadores. Todos llevando agua para su molino….
Y la telenovela la siguen con lo que sucedió con la senadora Moreira, las acusaciones a Penadés y tantos temas que no deberían ser tapa de diarios, lo que no es óbice a que se resuelvan. ¿Se entiende? Tampoco a la gente que también se nutre de esta “comidilla” diaria, le servirán estos insucesos. En definitiva también baladí para las cosas que un país debe hacer.
Pese a lo dicho tenemos muy buena reputación internacional e imagen de país serio. Creo que estamos entre los 20 mejores países del mundo, así que no me quiero poner agorero como deporte. Indudablemente también se hacen cosas, reforma jubilatoria, reforma de la educación , tendrá que venir una transformación en la normativa laboral que la aggiorne a los tiempos que vivimos y en definitiva escuchar el clamor de Conrado Ramos, director de la Oficina de Servicio Civil, para que la mentada madre de todas las reformas comience a andar su camino.
Lo he escrito ene veces. Son inimaginables las inversiones que se han frustrado en mi metier, la inversión privada en construcción, por el fárrago interminable de trámites, sellos que justifican salarios y actitudes antojadizas de circunstanciales jerarcas que acomodados en sus poltronas se creen importantes y ponen trabas que espantan sustancialmente a los inversores que acompañan al promotor en algún emprendimiento. Aquello de que “si querés conocer a Pedrito… dale un carguito…”. Y lamentablemente abundan “los Pedritos” en la Administración, dañinos para el crecimiento del país.
Los ejemplos son claros: ¿qué países prosperan? Y vamos a los bifes: los que generan un ambiente proclive a los negocios, con reglas claras y un marco legal que dé sustento. Eliminar obstáculos burocráticos innecesarios, para la instalación de empresas locales o extranjeras. Desregular lo más posible… Somos un país caro entre otros motivos por las enormes regulaciones que enfrentamos. No deben existir monopolios que frenen y hasta impiden el desarrollo de múltiples actividades empresariales. ¿Qué otros países prosperan? Aquellos que restringen hasta lo mínimo imprescindible el peso del Estado (y no me asimilen a Milei…), con la ulterior posibilidad de bajar los impuestos a la población (este gobierno lo hizo), de atraerlos para que inviertan sin exprimir a los contribuyentes para “financiar el gasto público” (que también ha descendido).
Se deben flexibilizar las restricciones laborales, entre otras cosas para que las empresas puedan contratar personal sin pensar en “pesadillas” posteriores que degeneran el vínculo laboral que debería ser sano y transparente. Hay que amoldar la normativa a la realidad, romper el statu quo que nos impide ver un cambio de 180 grados en el mundo.
La inversión en infraestructura, que el gobierno ha manejado y el anterior, también. Las mejores telecomunicaciones, rápidas y baratas, el mayor ancho de banda posible, el menor tiempo de respuesta. Temas que también se han ejecutado o vienen en proceso.
Estamos transformando (espero que sí), el sistema educativo con el elemental propósito de aumentar la calidad en el aprendizaje y ofrecer las habilidades imprescindibles para competir en el mundo de hoy.
Recuerdo que mi amigo, consultor de nota Enrique Baliño, se refería a Thomas Friedman, columnista del New York Times y su libro “La tierra es plana”, donde se dicen cosas como: Ser subdesarrollado es una elección; nadie puede frenar a nadie; no tienes a nadie a quien echarle la culpa sino a ti mismo; todo lo que pueda hacerse va a ser hecho. Si tú no lo haces, te será hecho, etc, etc...
De lo baladí hay que ocuparse pero lo que nos va a sacar del subdesarrollo es lo importante.