Mario Vargas Llosa (1936-2025)

Compartir esta noticia

Es difícil de definir la relación que se genera entre un gran escritor y sus lectores agradecidos, más cuando la relación de complicidad se extiende durante muchos años, pero incluye necesariamente elementos de afecto, complicidad y de cercanía, aunque el conocimiento no sea personal. Por eso el fallecimiento de Mario Vargas Llosa apesadumbró a muchos millones de lectores agradecidos a lo largo y ancho del mundo.

Es indudable que Vargas Llosa fue uno de los grandes escritores de la historia universal, por lo que encasillarlo como el último gran representante del boom latinoamericano le queda chico. Nuestro autor relató más de una vez que lo más importante que le ocurrió en la vida fue aprender a leer y es indudable que su vocación esencial, aquello a lo que se dedicó en cuerpo y alma fue a la literatura, con un éxito más allá de la imaginable. Casi que no le quedó premio o condecoración por recibir y sin embargo, este hombre de inteligencia y cultura exuberante mantuvo siempre una humildad a prueba de balas.

Como su admirado Flaubert, sus libros se construían minuciosamente, con una notable inspiración y una gran transpiración, hasta llegar a las obras de arte que el mundo admiró. Como un favorito personal, la construcción de las radionovelas de Pedro Camacho y sus entreveros en La tía Julia y el escribidor es una proeza sencillamente descomunal.

Por cierto que existe otra faceta fundamental en la vida de Vargas Llosa que fue su compromiso político. La transición desde su marxismo juvenil, con apoyo a la revolución cubana incluido, a través de la desilusión con esas ideas y proyectos ante su realidad criminal y liberticida, hasta su liberalismo de honduras filosóficas fue un acto de coraje intelectual y cívico extraordinario.

A tal punto que se convirtió en una figura fundamental del liberalismo latinoamericano, creando la Fundación Internacional para la Libertad de profusa actuación a lo largo de más de dos décadas y de la que tengo el enorme honor de ser consejero académico.

En La llamada de la tribu Vargas Llosa explora las ideas de los autores que más influyeron su propia visión del liberalismo, en un libro que bien puede leerse como una ilustrativa introducción a esa filosofía de pensamiento. Adam Smith, José Ortega y Gasset, Friedrich Hayek y Karl Popper, entre otros, desfilan bajo el atento análisis de nuestro autor, ayudándonos a entender los matices de su pensamiento, alejado del liberalismo dogmático, típico de algunos economistas, como denuncia, porque está anclado en una reflexión serena y prístina de la historia de las ideas.

Fue un patriota de su tierra, Perú, aunque no fue un nacionalista, como él mismo señaló en diversas oportunidades. Ciudadano del mundo, habiendo vivido en Londres, Madrid, París o Barcelona, siempre siguió y se preocupó por su tierra, al punto de haber sido candidato a presidente con un programa extraordinariamente principista.

Es uno de nuestros pocos contemporáneos que se seguirán leyendo dentro de mil años -o mientras la civilización exista- y solo eso alcanza para dar cuenta de lo gigantesca que fue su figura. Por todo lo anterior, y un especial agradecimiento personal por su generosidad, despedimos al Maestro Mario Vargas Llosa, con la certeza de que hace ya mucho tiempo que sencillamente ya era inmortal.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar

Llegada de Nacional al hotel en Porto Alegre
0 seconds of 2 minutes, 32 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Próximo
La promo del nuevo programa de Canal 12
00:25
00:00
02:32
02:32