El movimiento mundial de cargas pasó de 5.984 millones de toneladas en el año 2000 a 10.985 millones de toneladas en el 2021. El notable desarrollo económico de China en las últimas décadas se logró mediante la expansión de su comercio exterior. El caso de nuestro país, el movimiento de cargas del Puerto de Montevideo aumentó de 3,6 millones de toneladas en el año 2000 a 15 millones en el 2023. El comercio es el gran motor del desarrollo económico. Y siempre ha dependido del transporte marítimo y los puertos.
Las políticas de “desarrollo hacia adentro” son una receta para el fracaso. Especialmente en el caso de países con pequeños mercados internos.
Vivimos en una época de globalización, formación de cadenas de producción transnacionales, y sistemas de transporte que involucran enormes inversiones de capital y que requieren grandes volúmenes de carga para poder operar con economías de escala.
En tal escenario parecería que, en nuestra región platina, la prioridad sería favorecer de todas las maneras posibles el flujo de las exportaciones e importaciones a los amplios mercados globales. Países con enormes deudas externas y sociedades que ambicionan mejores niveles de vida necesitan crecer hacia afuera. Y ello supone, otra vez, vías navegables y puertos eficientes.
El proyecto de nuestro país de aumentar la profundidad del Canal de Acceso al Puerto de Montevideo a -14,00 metros (y de hacer lo mismo con varios sectores del puerto mismo) es un aporte importante para toda la región de la Cuenca del Plata.
Por varias razones: primero, ayudará a integrar nuestras economías en los mercados globales; segundo, permitirá que lleguen al Río de la Plata buques portacontenedores con calados efectivos bastante más considerables que actualmente - lo que mejorará la calidad y costos de los servicios a los que tendrán acceso todos los usuarios de la región; tercero, contribuirá a establecer un mejor equilibrio entre los puertos de la región de la Costa Este de América del Sur; y, finalmente, incentivará la competencia entre los puertos de la región, algo que seguramente beneficiará a los usuarios.
El proyecto de aumentar la profundidad del Canal de Acceso continua emergiendo en la discusión especializada en el otro lado del río.
Es una discusión que tiene varias facetas. Una de ellas es la jurídica.
Porque, aunque no esté de moda afirmarlo, el Derecho Internacional es un elemento esencial en las relaciones entre los Estados.
Afortunadamente, contamos con el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo. Suscrito por Argentina y Uruguay en 1973, el acuerdo define un conjunto de principios y normas básicas para el desarrollo del transporte marítimo en aquellos dos espacios acuáticos.
En el Preámbulo, los dos países declararon su decisión de “sentar las bases de una más amplia cooperación entre los dos Países y estrechar los arraigados vínculos de tradicional amistad y hondo afecto que unen a sus Pueblos” y se refieren a las exigencias técnicas de la utilización y aprovechamiento integrales” de los dos espacios acuáticos., “en el marco del respeto a la soberanía y a los derechos e intereses respectivos de los dos Estados.
Estos deberían ser los principios básicos que guíen la política recíproca de ambos ribereños. Para el beneficio de todos.