Varias veces, desde esta misma columna me referí a cuáles son las obras icónicas del gobierno del presidente Luis Lacalle Pou. Entiendo que son tres: el puente de La Charqueda que unió a Rocha con Treinta y Tres, el Hospital del Cerro y el traslado del asentamiento Kennedy a un barrio nuevo, en Maldonado.
Los tres emprendimientos tienen un común denominador: esperaron más de sesenta años en concretarse. Sí, aunque no lo pueda creer. Yo no era nacido cuando ya la populosa barriada del Cerro reclamaba primero y clamaba luego con un centro asistencial como el que inauguró el presidente Lacalle Pou en noviembre de 2023. (Sugiero a los lectores que lean el informe que publicó el domingo pasado El País).
En el caso del puente sobre el Cebollatí sucedió algo similar. El anhelo de los vecinos se vio colmado en julio de 2023 cuando se hizo realidad la conexión directa (en el pasado se cruzaba el río en balsa) entre las localidades de Gral. Enrique Martínez (La Charqueada) y Cebollatí, generando un corredor entre las rutas 15, 91 y 17.
Estos dos proyectos se concretaron en tiempo récord y después de finalizada la pandemia del Covid 19.
El caso del Kennedy, fue un proceso más largo. Se inició en el anterior mandato del intendente Enrique Antía (2015-2020) y tuvo continuidad hasta el presente. La historia del Kennedy es compleja, pero ello no fue obstáculo para que la Intendencia de Maldonado formara un equipo multidisciplinario y llevara adelante una obra que hoy se toma como ejemplo no solo en Uruguay, sino en países de la región. Tuvo que asumir el gobierno de Lacalle Pou para que el proyecto entrara en su etapa de ejecución y recibiera el apoyo del Banco República y la Corporación Andina de Fomento (CAF). Curioso, ese respaldo se lo negó sistemáticamente la administración anterior de Tabaré Vázquez. Lo cierto es que, desde octubre pasado, más 540 familias recuperaron la dignidad que da vivir en una vivienda decorosa, con luz, agua potable y saneamiento, y en un barrio en el que hay todos los servicios que debe prestar el Estado.
La enumeración de obras y logros del gobierno de la Coalición Republicana excede largamente la extensión de esta columna. Las tres obras citadas muestran la sensibilidad social real y no discursiva de una administración que enfrentó con acierto y dando la cara, tempestades para las que nadie en el mundo estaba preparado. Y las superó con un balance muy positivo para el país, pese a tener que lidiar con una oposición mezquina y mendaz.
No todo está bien, pero todo está mucho mejor, se ha dicho y es una gran verdad. El Uruguay de 2020, no es el país de hoy. Todos lo sabemos, si verdaderamente somos honestos.
El domingo 24 de noviembre, tenemos la oportunidad de ratificar este proceso de transformación y crecimiento que vivimos. Por eso, yo voy a votar a la fórmula: Álvaro Delgado-Valeria Ripoll. Quiero seguir viviendo en un país enteramente libre y que avanza hacia el futuro. En las urnas, y en silencio, como solemos hacer los orientales, daremos nuestro veredicto.