Mentiras y bandera

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RICARDO REILLY SALAVERRI
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Desde que ingresamos a la facultad estatal de Derecho de la Udelar (1965) vivimos el tema. La sucursal del comunismo ruso y su pariente hija del paredón castrista no han dejado de agotar esfuerzos contra el país y la república.

Sus instituciones y la economía nacional. ¡Al fin sin careta!, comunistas y tupamaros, partido y agitación sindical, se nos presentan como lo que siempre han sido. Una unidad. Diciendo “¡chau!, a los “moderados” sonrientes de corbata en la foto.

Abusaron y abusan de la educación pública y gratuita prostituyéndola con violación de la laicidad. De la libertad de pensamiento y prensa mintiendo escandalosamente, sembrando derrotismo. Del ejercicio del poder aprovechando cuanto resquicio material advierten en beneficio propio. De las libertades gremiales manteniendo a la nación en un estado de agitación constante. Y, heridos sin cura por haber perdido las elecciones nacionales desde el 1° de marzo de 2020, hasta hoy, con odio visceral, ni siquiera tuvieron moderación cuando el gobierno nacional y el pueblo uruguayo tenían enfrente la incertidumbre de una pandemia que dio muerte a más de cinco millones de personas en el orbe.

No conocen del más elemental sentido de pertenencia histórica y respeto a los héroes patrios, adhieren a un internacionalismo irracional acuñado por las peores tiranías del universo y los fracasos económicos y sociales más estrepitosos. Y, por estos días suman gestos ridículos en la brega, haciendo flamear a la mentira -trapo vil- por bandera. La Ley de Urgente Consideración -LUC- es un programa de gobierno. Y, un compromiso asumido ante la ciudadanía. Por ello su primera y obligatoria abogacía recae en las autoridades electas y el Poder Ejecutivo. El plebiscito que se proyecta no es una lid electoral por cargos de gobierno, es lucha por la aplicación de un programa político aprobado por el pueblo destinado al bien común agredido por la intención aviesa de obstaculizarlo. Por ello, a las autoridades del país responsables de su defensa y aplicación les corresponde la primera línea de acción en una realidad que ha despreciado la autoridad de una ley acuñada en la fragua del debate parlamentario. Así, el camarada Andrade devenido en catedrático de Derecho público delira censuras al respecto mientras organiza con sus adláteres fallidos paros generales, con tres días de sabotaje portuario total y suspensión de la distribución de combustibles incluidos.

Es rotundamente cierto que la derogación de la LUC de producirse debilita a la policía y a la ciudadanía y su defensa propia ante una agresión criminal cada día más desenfrenada, con la droga como telón de fondo; que implicará soltar presos por nuevos delitos creados por la LUC que se derogarían debido al compromiso internacional de aplicar a los delincuentes la ley más benigna; que los agitadores sindicales podrán abusar de huelgas, ocupaciones y la violación de la libertad de trabajo de los no huelguistas a piacere; como lo es que caerá una solución que permite al carenciado alquilar hogar sin garantía, loable iniciativa, al tiempo que las normas de alquileres y desalojos vigentes permanecerán absolutamente intocables.

También es cierto que en un año y medio de aplicación de la LUC no hay un solo daño a registrar. En el paroxismo un corto publicitario reciente dice se privatizará la educación pública ¿Qué nuevas alucinaciones nos esperan de este Pinocho? Misterio.

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