En el reciente viaje del presidente Lula a Portugal y España, las negociaciones del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea fueron uno de los temas más importantes de la agenda bilateral, en especial porque en el segundo semestre España estará en la presidencia de la UE, al mismo tiempo que Brasil estará en la coordinación del Mercosur.
En el comunicado conjunto con Portugal se incluyó expresamente una referencia sobre ese tema: “Los dos jefes de gobierno reafirmaron la convicción compartida sobre las ventajas mutuas del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, subrayando el entendimiento común sobre el alcance políticamente estratégico de la conclusión del acuerdo y de su enorme potencial para reforzar los lazos políticos, económicos y de cooperación entre las dos regiones. Destacaron, igualmente, el impacto muy positivo que el acuerdo tendrá a nivel económico, con el acceso a los respectivos mercados para potenciar una mayor participación en las cadenas de abastecimiento, cuya diversificación y resiliencia son esenciales. Reconocieron la contribución del acuerdo en materia de desarrollo sustentable, en sus tres dimensiones, ambiental, económica y social.
Los dos gobernantes reiteraron la importancia de la intensificación de los esfuerzos para alcanzar un compromiso equilibrado y mutuamente benéfico, para que se pueda avanzar para la firma y ratificación del acuerdo este año”.
Con relación a las negociaciones, los gobiernos de los países del Mercosur, en especial Argentina y Brasil, están preparando una respuesta al documento enviado por la Unión Europea a comienzos de abril. Se está elaborando una respuesta que debe rechazar las medidas restrictivas incluidas en el documento europeo y destacar las responsabilidades sociales y ambientales de los países del grupo.
El encuentro técnico entre los dos grupos para examinar la respuesta, que estaba marcado para la semana pasada, se postergó para fines de mayo, cuando se cierren las negociaciones sobre ese punto. El secretario ejecutivo del Ministerio de Industria, Comercio y Servicios, brasileño dijo que todavía no hay una decisión sobre la posibilidad de reapertura del acuerdo en lo que concierne a las compras gubernamentales.
La Unión Europea estaría interesada en aprovechar la cumbre con los países latinoamericanos (Celac), a mediados de julio, para firmar el acuerdo colocando punto final a más de 20 años de negociaciones. No obstante, lo más probable es que, si se aprueba por todos (hay quienes dudan que eso pueda suceder), el acuerdo sea firmado en el segundo semestre en las presidencias de España y Brasil,.
Para complicar los entendimientos con la Unión Europea, en los días 18 y 19 de abril último, el Parlamento Europeo, en el contexto de la política ambiental (Pacto Verde Europeo), aprobó la legislación para combatir la desforestación de las selvas tropicales y para instituir el primer impuesto al carbono en el mundo (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono - CBAM).
El reglamento CBAM exigirá que los importadores de ciertos bienes con la utilización intensiva de carbono paguen un impuesto sobre sus importaciones, correspondiente al valor impuesto a las industrias nacionales sujetas al Régimen Comunitario de Licencias de Emisión de la Unión Europea (RCLE-EU), aumentando así el precio del carbono pago por las empresas de la UE a los productores extranjeros de las mismas mercaderías.
El CBAM será aplicado en la importación de cemento, acero y hierro, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno. Durante el período de transición, del 1º de octubre de este año hasta fines del 2025, los importadores deberán presentar un informe conteniendo informaciones sobre las mercaderías en cuestión. La prohibición de la importación por parte de las empresas europeas de productos agrícolas provenientes de áreas desforestadas afectará la exportación de café, carne bovina, soja, aceite de palma, madera, cacao, goma, carbón vegetal y productos derivados, como cuero, chocolate y muebles.
Las leyes aún tienen que ser aprobadas por los países antes de entrar en vigencia. Esas medidas restrictivas traerán nuevos desafíos para los exportadores brasileños, en especial con un aumento considerable de los costos de transacción para adecuación a los parámetros del reglamento, exigiendo su preparación inmediata, para evitar los efectos adversos de tal reglamentación sobre su operación.
También es posible prever una probable reacción por parte de los países exportadores con productos cubiertos por el reglamento, desde un punto de vista de los acuerdos multilaterales de comercio internacional.
En el caso de Brasil, el Congreso Nacional deberá discutir medidas contra productos de la Unión Europea por sugerencia de la bancada que apoya el agronegocio.