¿Mezquindad o indiferencia?

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Tal vez si esto hubiera sucedido en otro país, la investigadora que hizo posible el esclarecimiento del asesinato de Lola Chomnalez hubiera recibido el reconocimiento de la comunidad científica o de las autoridades del gobierno. Pero la genetista Natalia Sandberg nació y vive en el Uruguay, y ya se sabe que nuestro país es muy mezquino a la hora de premiar a sus figuras notables.

El caso de Lola Chomnalez volvió a ocupar la atención de la prensa, al conocerse el jueves último la sentencia del Tribunal de Apelaciones de 4to. Turno que confirmó la condena dispuesta por el juez de Rocha, Juan Giménez de abril pasado. De esta manera el asesino de Lola, Leonardo David Sena deberá cumplir una pena de 27 años y medio de penitenciaría por el “homicidio especialmente agravado” de la joven argentina asesinada en Valizas en diciembre de 2014. ¡Sin dudas, se hizo justicia!

Es bueno recordar de qué manera y quién posibilitó que luego de casi nueve años de investigaciones, la Policía técnica, con el aval de la Justicia, identificara al autor del crimen.

El papel clave lo jugó Sandberg, genetista, licenciada y magíster en Ciencias Biológicas, desde el Registro Nacional de Huellas Genéticas de Policía Científica del Ministerio del Interior. Cuando todos daban por perdido el esclarecimiento del caso, ella -en absoluta reserva-, aun cuando una y cien veces no lograra resultados, siguió trabajando. En una entrevista que le realicé el año pasado reconoció que cuando las fuerzas le flaqueaban, pensaba en Lucas, su hijo, y volvía a empezar. También venía a su mente el rostro de Adriana Belmonte y Diego Chomnalez, los padres de Lola.

“Mi sueño fue siempre poder mirar a la cara a los padres de Lola y decirles, hemos hecho todo”. Eso finalmente sucedió en mayo de 2022.

Según supo El País, fueron los propios padres de Lola , los que el jueves se comunicaron con Natalia para darle la noticia del fallo judicial de Segunda Instancia. Su agradecimiento hacia Natalia no tiene palabras.

El trabajo de Sandberg les permitió a los padres de Natalia empezar a hacer el duelo, en palabras de su madre, Adriana Belmonte: (…) “Ahora empieza el duelo real. Ya no es sufrir ni tratar de aceptar la pérdida. Es el duelo que va a estar, ese dolor para toda nuestra vida. A sabiendas que hicimos todo y tocamos todos los lugares donde había que tocar. No nos quedamos con ningún lugar donde no pedir auxilio. Empieza ese duelo, es otra etapa”.

El esclarecimiento del caso Chomnalez también trajo tranquilidad a Valizas. Los vecinos del pequeño balneario de Rocha dejaron de mirarse con recelo luego de que Sena fue encarcelado. Durante los nueve años que llevó el proceso todos sospechaban de todos. No había antecedentes de un crimen así.

Con el pronunciamiento del Tribunal de Apelaciones, la causa -desde el ámbito judicial- quedó cerrada.

Tal vez, con los años, unos pocos recuerden que una mujer, funcionaria del Ministerio del Interior, altamente capacitada, entregó todo su conocimiento y usó todas las herramientas a su alcance para elaborar una hipótesis científica que permitió esclarecer un crimen que destruyó a una familia argentina. Esa misma mujer, hoy sigue cumpliendo con sus responsabilidades. Logró su propósito; decirles a los padres de Lola hemos hecho todo. ¿No será merecedora, también, de un reconocimiento científico y u oficial?

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