Nuestra tierra

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RUBEN LOZA AGUERREBERE

Ambientada en nuestro país, "La tierra purpúrea", la novela de W.H. Hudson, ha sido vastamente leída y admirada. Podemos comenzar recordando que Lawrence de Arabia la leyó doce veces, en su campaña del desierto. Lejos de sorprenderse por el entusiasmo del coronel Lawrence, Hudson hizo este comentario: "Se me ocurrió que "La tierra purpúrea" era precisamente la clase de libro que le gustaría a un joven aventurero como Lawrence, una especie de Richard Lamb".

Pero hay otros lectores muy entusiastas de este libro que nos toca tan de cerca. Teodoro Roosevelt, fue uno de ellos. Y Miguel de Unamuno, quien dijo: "Hudson vivió y sintió lo que un hijo de la Banda Oriental, nacido y criado en ella, no había visto ni sentido". A su vez Hemingway convirtió en apasionados lectores a sus propios personajes de la novela "Fiesta"; y lo hizo a tal punto que uno de ellos cambió de vida tras esa lectura. Borges, a quien tanto le gustaban las cosas de la Banda Oriental (como solía decir) escribió estas palabras rotundas a propósito de la novela de Hudson: "The Purple Land" es uno de los pocos libros felices que hay en la tierra". En verdad, no conozco mayor halago.

Cuando el Premio Nobel Rabindranath Tagore llegó a Buenos Aires, en 1926, invitado por Victoria Ocampo, mostró extraordinarios conocimientos sobre los gauchos, sorprendiendo a quienes lo trataron entonces en esta zona del mapa. Su explicación fue sencilla cuando le interrogaron. ¿Cómo el poeta de la India sabía esas cosas? Las debía, dijo, gracias a uno de sus autores favoritos; se trataba de Hudson, el naturalista inglés, nacido en el Plata.

Porque, en efecto, William Henry Hudson, vino al mundo el 4 de agosto de 1841, en Argentina. Nació en un campo llamado "Los veinticinco ombúes", lugar donde se habían afincado sus padres, tras casarse en Boston.

Al niño le atraían las cabalgatas, los pájaros y los árboles. También los libros. Tempranamente, leyó "El Quijote", los textos de Félix de Azara sobre "Pájaros del Paraguay y del Río de la Plata", y la novela de Larreta "La gloria de don Ramiro".

A los 27 años, Hudson viajó Uruguay, y lo recorrió largamente. Después, viajó al Chaco, al Brasil y a la Patagonia. En 1874, tras la muerte de sus padres, se despidió de estas tierras y se marchó para siempre. Se embarcó rumbo a su soñada Inglaterra. Hudson no regresó más, salvo en las páginas de sus libros.

Tras varios artículos sobre ornitología, en 1885 dio a conocer esta obra en nuestro suelo: "La tierra purpúrea". El Uruguay lo había seducido y en las páginas de este libro entrañable contó las andanzas de un joven inglés, llamado Lamb, en Montevideo y en buena parte del país. A medida que cabalga por nuestros campos, va conociendo a los pobladores y sus luchas de entonces. Escrita con pulcritud, abunda en personajes escrupulosamente pintados. Baste recordar que Ezequiel Martínez Estrada dijo que: "nuestras cosas no han tenido poeta, pintor ni intérprete semejante a Hudson".

Con sus apuntes y el oro de la memoria escribió sobre pájaros y plantas, así como otras novelas y cuentos. Las "Obras Completas" de Hudson (se editaron en Londres en 1923) cuentan 24 tomos. William Henry Hudson murió el 18 de agosto de 1922 a los 81 años, y fue comparado con Milton.

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