Ojalá la vean

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En enero de 2023 escribí aquí (“No compliques”), una reflexión sobre el asqueroso estado del Parque Rodó; hace unos días vi un video en redes sociales que mostraba que, lejos de mejorar, hay allí ahora también gente que mora al punto de dejar ver, con total naturalidad, sus ropas tendidas al sol en la plaza cercana al lago.

La tragedia es que no sólo la situación parece que empeoró, sino que entretanto el Uruguay votó y entre sus opciones preferidas casi nadie en campaña denunció la grave anomia que sufre el país. Si apenas Luis Alberto Heber hizo énfasis en el problema cotidiano de las personas que viven en las calles y ocupan espacios privados para desesperación de muchos vecinos. En general, primó la autocomplacencia extendida y ampliamente compartida de que vamos camino a un país desarrollado (mismo perro con distinto collar que el “país de primera” de 2009).

Naturalmente, se acumulan las preguntas: todos aquellos, mayoritarios del Frente Amplio y de la Coalición Republicana (CR), ¿no van al Parque Rodó montevideano? Y si van, ¿de verdad creen que ese paseo de clase media urbana está en un estado tal que nos permita pensar que vamos por una senda colectiva camino al desarrollo? ¿Ninguno concurre al centro de la ciudad a horas tardías y constata en qué se ha transformado? ¿Nadie toma consciencia de que la huida radical de decenas de miles de uruguayos para habitar barrios privados, cuanto más alejados del centro mejor, está vinculada a la tugurización de Montevideo, es decir, del único centro urbano real del país?

¿Cómo es posible ver todo eso, constatar socialmente las estrategias que se multiplican para evitar ese mundo urbano policlasista -gastar dinerales en colegios privados; en casas compradas en cuotas siempre cada vez más al este; en automóviles y trayectos alienantes que están completamente mal resueltos por las intendencias-, y aceptar, al mismo tiempo, que en definitiva vamos bien, que el agua tibia es lo mejor, y que, de última, no pasa nada si gana uno u otro porque el rumbo es más o menos el mismo y es el correcto?

Entre las explicaciones posibles para el espanto del Parque Rodó expuse dos en 2023 que siguen vigentes. La primera es que hay zonas mucho más mugrientas en Montevideo, por lo que mucha gente que allí pasa el domingo no cree que ese parque esté tan mal; y además las clases medias y populares que allí concurren, en realidad, no tienen con qué comparar, es decir, no viajan, no conocen, no imaginan que pueda existir algo mucho mejor y gratuito. La segunda refiere a la fractura de nuestra sociedad: aquellos que sí podrían darse cuenta del espanto que es el parque Rodó hace años, que no lo visitan más, ya que apenas pudieron, se alejaron de esos espacios públicos y armaron su mundo lúdico y social en torno a burbujas sin socialización de lazos verticales.

En mayo hay elecciones municipales. La CR en Montevideo presentará varios candidatos a intendentes y arranca con un piso electoral de 40% de apoyo. Es tiempo de hablar claro y decir lo que todos sabemos: que la capital está sucia y fea; que su convivencia está dañada; y que se puede cambiar radicalmente, siempre que empecemos por estar dispuestos a aceptar esta realidad tan espantosa como obvia. Ojalá así la vean, tanto candidatos como ciudadanos.

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