Concluye una gestión de gobierno muy exitosa en la mayoría de los rubros de la administración.
Uno de los más trascendentes, pensando en el futuro inmediato del país, es el de la energía.
Este gobierno consiguió algo tan novedoso como necesario. Que el Ministerio de Economía y Finanzas incorporara a su visión estratégica y planes de gestión, parámetros ambientales alineados como las exigencias internacionales y los compromisos asumidos por el país; consciente de que en la actualidad resultan cruciales para alcanzar el éxito en el terreno de las inversiones, la producción y el transporte.
Hemos visto con beneplácito cómo sus jerarcas implementaron convicciones personales, aplicaron visiones adaptadas a estos tiempos, en perfecta sintonía con las otras secretarías de Estado. Se trata de una novedad transformadora, y en extremo necesaria para un país que todos los días debe reconstruir su futuro, apoyándose en sus fortalezas, en el correcto uso de sus recursos naturales y del intelecto y capacidades de su gente.
En materia de energía se trata de conseguir el mejor desarrollo posible, sin descuidar el cumplimiento de los compromisos climáticos asumidos por el país. Son conceptos que pueden distraer nuestra atención y esconder su verdadera importancia.
Si los responsables de administrar los dineros públicos están en perfecta sintonía con el espíritu de las políticas ambientales del país, podemos concluir que Uruguay tiene garantizado un tránsito seguro por el camino de las transformaciones que más impactan en el desarrollo y el bienestar de la sociedad, como lo es la producción y utilización de la energía. Queda claro que seguimos avanzando exitosamente en la producción y uso de energías limpias y renovables (más del 90%).
Su impacto es directo sobre la movilidad, la producción y el cuidado de la calidad ambiental del país. Pero, al mismo tiempo, nos ha permitido avanzar mucho más en una transformación de la matriz energética direccionada hacia fuentes más independientes de la importación de hidrocarburos.
Avanzamos a paso firme en el robustecimiento de tres pilares muy significativos para Uruguay en materia energética. El primero es lograr más y mejor movilidad eléctrica, por ser una energía limpia, renovable y de producción nacional. El segundo se refiere a avanzar decididamente en la producción y exportación de hidrógeno verde, un rubro que le significará al país un novedoso y cuantioso rubro exportador. El tercero -más genérico- conseguir el mayor desarrollo posible de electrocombustibles.
Este gobierno ha demostrado una madurez sorprendente, tomando decisiones rápidas, valientes e inteligentes (apoyándose en el conocimiento científico-tecnológico y en el sentido común). Y lo ha hecho fortaleciendo los pilares de toda construcción política sólida y responsable que son: asegurar la estabilidad institucional; garantizar las certezas jurídicas; y consolidar la previsibilidad política.
Todo ello explica el notorio éxito alcanzado en esta gestión. Hay que seguir por este camino confiable, rechazando experimentos de sustento ideológico, manteniendo los liderazgos y las políticas trazadas.
El domingo hay que revalidar la confianza a la coalición, porque se lo ha ganado.