Las elecciones municipales del próximo mes de Mayo son una prueba importante para la Coalición Republicana y los Partidos que la integran.
Más allá del resultado negativo la Coalición se mostró unida y sin fisuras en el balotaje de noviembre. Todos apoyamos al candidato más votado en octubre, hicimos actos y campaña junto a él.
Algunos analistas plantean dudas sobre el funcionamiento de la Coalición en esta nueva etapa en que le toca ser oposición. Las interrogantes son lógicas puesto que hasta ahora solo actuó desde el gobierno.
Sin embargo, la verdadera prueba se dará en la próxima instancia electoral departamental de Mayo.
Los Partidos aprobaron presentar la Coalición Republicana en Montevideo, Canelones y Salto. Los Senadores Tabaré Viera y Adrián Peña, en nombre del Partido Colorado, plantearon en su momento presentarla en todos los departamentos y no sólo en esos tres.
El Partido Nacional se negó a ello.
Fue un error.
En ese entonces los blancos se encontraban en el gobierno nacional y en quince de las diecinueve intendencias lo que no ayudó a calibrar las consecuencias de esa equivocación.
Ahora, luego del triunfo del Frente Amplio en noviembre y la consiguiente pérdida de votos en varios departamentos, surgen voces solicitando al Partido Colorado que realice acuerdos o no presente candidatos a intendente en varios departamentos. Ello, dicen, para evitar que gane el Frente Amplio.
La situación es particularmente injusta con el Partido Colorado.
Viera y Peña plantearon realizar un acuerdo primero en todo el país y luego en por lo menos seis departamentos. Se respondió en forma negativa. Ahora se pide el mismo cuando de acceder a ello no se podrá tener candidatos ni a Intendente ni a integrar las Juntas Departamentales. Ello porque quien no reservó su nombre en las elecciones internas y fue candidato en su partido hoy no puede serlo por otro. Por lo que el ciudadano colorado que quiere trabajar en lo departamental los próximos cinco años, de no presentarse el Partido a la elección, no podrá hacerlo.
De esa forma se le priva de la posibilidad de representar a los vecinos y trabajar por su departamento. Se dice, y es un secreto a voces, que eso se compensa luego con algún cargo en la intendencia. Lo que no parece adecuado.
Este estado de situación se agravó con las recientes declaraciones de la Presidenta del Honorable Directorio y de los Ministros del Partido Nacional en la Corte Electoral. Apoyaron al Frente Amplio en su negativa a habilitar el cruzamiento de los votos en las elecciones a alcaldes.
De nuevo, como cuando se negaron a presentar la Coalición Republicana en todo el país, pensaron en su propio interés y se olvidaron que en una coalición política no todo es recibir sino también dar.
La equivocación es aún más grave cuando se conoce el fundamento del pedido de acuerdo y abstención del Partido Colorado. Afirman que es necesario para evitar que el Frente Amplio gane en algunos departamentos donde hoy puede hacerlo. Así lo expresaron incluso altos dirigentes del propio Partido Colorado.
Fijarse como objetivo que otro pierda y no que uno gane es incurrir en lo que Ortega y Gasset definía como parasitismo negativo.
Un objetivo negativo como ese, además, no convoca a los votantes. “Votame para que no gane el otro” no parece ser la forma de lograr que el partido y la Coalición Republicana crezcan.
Ese es el principal desafío que hoy enfrenta la Coalición. Dejar de ser un acuerdo meramente electoral, para derrotar al Frente Amplio y trabajar en principios e ideas compartidas que generen identidad, convoquen y entusiasmen.
Es lo que ha faltado.
Se debe hablar de lo que se hará si se llega al gobierno. Pedirle al ciudadano su voto para mejorar los departamentos, brindarles mejores servicios, bajar los impuestos, vivir mejor. Contarle cuál es el sueño, la utopía que se perseguirá y se quiere alcanzar.
Ante el pedido de los nacionalistas, el Partido Colorado debe ser muy cuidadoso. Al sentarse a conversar sobre acuerdos en departamentos donde no hay Coalición Republicana debe poner sobre la mesa cuatro exigencias a sus socios.
La primera: que los acuerdos no sean de cúpula y a espaldas de los dirigentes locales de cada departamento. No es en Montevideo en forma exclusiva donde se debe resolver.
La segunda, el Partido Nacional debe aceptar que en las siguientes elecciones municipales se presentará la Coalición Republicana en todos los departamentos del país.
La tercera, el Partido Nacional debe apoyar el voto cruzado como establece la ley. Esta no lo prohíbe por lo que de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 10 de la Constitución debe permitirse.
Por último, se debe realizar un programa común. Uno que no consista en impedir que otro Partido gane sino en lo que se hará desde el gobierno departamental de la Coalición para mejorar la vida de los vecinos.
Que de eso se trata la actividad política: servir a los demás y no ser servido.