Un tal Kulfas, ministro argentino, acaba de decir que si Uruguay negocia un TLC con China no puede seguir en el Mercosur.
Recuerda a aquel triste personaje al que HD en su libro de historia bautizó como “el intrigante”. El que llegó allá por 1812 al Ayuí e intrigó contra Artigas.
A este moderno Sarratea hay que contestarle que aceptamos la segunda opción que plantea: vayámonos de una vez. Hagamos Uruexit y dejemos el Mercosur.
Es el momento.
Repasemos algunos números: en el 2020 Uruguay exportó a China por 2.150 millones de dólares. A Brasil por 1.166 millones, a la Unión Europea por 1.091, Estados Unidos por 533 y a Argentina por 437.
¿Vamos a seguir tolerando que nos ordenen con quién podemos negociar y con quién no?
¿Qué nos conviene más? ¿Seguir atados a un Mercosur que nos impide crecer u optar por el mundo?
El presidente Jorge Batlle repetía que la bonanza del Uruguay siempre tuvo como correlato la apertura al mundo. Durante la primera y segunda guerras mundiales y en la de Corea colocábamos nuestra producción sin problemas. Después de eso el mundo se cerró. En nuestro país algunos pensaron que la respuesta era cerrar las fronteras con aranceles para asegurar mercados internos.
Error.
Optamos por un mercado de tres millones de uruguayos en lugar del mundo cuando nuestro país tiene una clara vocación agroexportadora. Producimos alimentos para treinta millones de personas y podemos producir para cincuenta o sesenta.
En 1991, con el Mercosur se intentó solucionar esto. Creímos que nos asegurábamos un mercado de casi 300 millones de habitantes. Ese sueño terminó con la devaluación brasileña de 1999, la crisis argentina del 2002 y las políticas proteccionistas del kirchnerismo que ni siquiera permitían que Motociclo vendiera bicicletas en Buenos Aires.
En el año 2000 se hizo un intento de recuperar el Mercosur con 11 resoluciones. Argentina pretende que se cumpla una sola de ellas: la 32 que impide negociar bilateralmente. Hay que recordarle la “exceptio non adimpleti contractus”: si no cumplís las otras diez no pretendas que cumpla la onceava.
La estrategia que lleva adelante el gobierno es acertada. Va por un TLC con nuestro principal socio comercial, China. Nadie puede acusarle de afinidad ideológica al hacerlo (basta con imaginar lo que estarían diciendo el FA y el Pit-Cnt si hubiera decidido avanzar con Estados Unidos).
Además, mantiene informado a nuestro segundo socio comercial, Brasil (hace unos días la Ministra de Economía viajó a dicho país).
El Mercosur es el 20% del destino de nuestras exportaciones, pero Brasil se lleva alrededor del 60% de ellas por lo que es con quien importa estar bien.
Llegó el momento de dejar el Mercosur. Con cuidado, en forma respetuosa, sin renunciar al regionalismo y siendo conscientes que tiene un costo.
Hay una hoja de ruta prevista en el propio Tratado para ello: preaviso de 60 días y dos años en que sigue vigente. Habrá que negociar en ese plazo con los socios acuerdos como el PEC y el Cauce (que en los hechos pervivieron porque todos estos años hubo que acordar bilateralmente muchas cosas).
Argentina ya no es el socio más importante de nuestras exportaciones. Le vendemos energía eléctrica, celulosa y autopartes. Energía eléctrica nos va a seguir comprando porque es barata y la necesitan. Celulosa no va a ser un problema y se puede sustituir fácilmente. Autopartes habrá que trabajarlo.
Queda el turismo.
¿Les parece que van a dejar de venir? Si están viniendo con cierre de fronteras por Covid. Van a venir en la temporada y a vivir todo el año. Ya lo están haciendo porque encuentran un país con instituciones democráticas funcionando, independencia judicial y reglas claras. No vendrán los que tiraban bolsos llenos de dinero para adentro de un convento o pagaban por habitaciones sin usar en hoteles. Llegarán los otros, los que necesitan estabilidad y seguridad jurídica para trabajar.
Al que hay que cuidar es a Brasil al que le exportamos el doble que a Argentina y en sectores sensibles como el arroz, los lácteos y la industria plástica.
Tenemos dos años para trabajar esto y buscar las mismas condiciones o mercados alternativos.
El otro problema son los acuerdos comerciales que el Mercosur logró y que si nos vamos quedarían fuera. De nuevo, tenemos dos años para negociar las mismas condiciones que hoy tenemos como miembros del Mercosur. Son además bloques y países con los que tenemos muy buena relación (Israel, Chile, Comunidad Andina, etc.).
El resto está todo por ganarse.
Atrás del Acuerdo con la China deben venir TLC con Estados Unidos, Unión Europea o Gran Bretaña (que bien le vendría repetir lo que hizo con Artigas en 1817).
La opción de irnos del Uruexit además nos fortalecerá en la negociación actual. Es bueno que desde la vecina orilla sepan que podemos vivir sin el Mercosur en general y sin Argentina en particular.
Al tal Kulfas hay que darle la misma respuesta que dio el prócer al intrigante desde el río Yi en 1812: “Cese ya V.E. de impartirme órdenes, no cuente ya V.E. con alguno de nosotros”.