En quince días los uruguayos vamos a concurrir a las urnas. Nada como el ejercicio del sufragio, cada cinco años, nos identifica, nos define y nos pone tan orgullosos.
Y así como en 2019 los ciudadanos elegimos poner fin a quince años consecutivos de gobiernos del Frente Amplio, el 27 de octubre estaremos votando por seguir avanzando en el camino iniciado en 2020 o volver al pasado.
Por un lado, hay cuatro candidatos en la Coalición Republicana que, con diferencias de matices, proponen seguir la senda del actual gobierno. Es cierto, ninguno de estos postulantes tiene el carisma y la baquía del presidente Luis Lacalle Pou, pero la gran mayoría de ellos han sido figuras claves en los logros que la actual administración ha alcanzado.
El Gobierno que llega a su fin ha logrado metas imposibles de imaginar en marzo de 2020, cuando asumió y diez días más tarde tuvo que enfrentar la pandemia del Covid 19, luego siguió la sequía más importante de la historia, el adverso panorama regional y la guerra de Ucrania.
Aun así llegó a generar 80 mil nuevos empleos, recuperó el salario real a niveles anteriores a 2019, bajó la desocupación y aumentó el empleo, llevó a la inflación a los niveles más bajos de los últimos cuarenta años y la inversión bate récords históricos. La calificación de la deuda es la más alta del continente. Bajó sensiblemente la cantidad de robos y rapiñas, aunque en este tema se esté lejos de alcanzar las metas prometidas.
Todo esto serían datos o números fríos, si la gente no viviera mejor que hace cinco años. Como se ha dicho más de una vez, no todo está bien, pero todo está mucho mejor.
La fórmula del Frente Amplio, tiene un candidato a la Presidencia, Yamandú Orsi, que no concurre a programas periodísticos de radio y televisión; tampoco concede entrevistas en prensa, ni asiste a los foros o reuniones en los que sí comparecen los otros aspirantes a la Casa de Gobierno. Cuando habla, Orsi, balbucea, no logra redondear un concepto, ni trasmitir una idea, aun cuando esté libretado. Lo secunda Carolina Cosse, una mujer cuya carta de presentación es haber encabezado la peor administración Municipal de Montevideo de los 34 años ininterrumpidos que el FA gobierna en la capital. Soberbia y autoritaria, Cosse genera distancia y rechazo en el propio FA y mucho más fuera de él.
Ambos Orsi y Cosse (cuando la dejan hablar), fustigan lo hecho por la Coalición Republicana. No podría ser de otra manera, el exintendente de Canelones prodigaba halagos a Alberto Fernández (“un verdadero clase A de la política”). A propósito, ningún periodista le ha preguntado si sigue pensando lo mismo del expresidente argentino. El FA carece de propuestas serias y las que formula están inspiradas en el modelo kirchnerista. En sus filas hay sectores muy importantes que apoyan a Nicolás Maduro o quieren consagrar en la Constitución el más descarado robo a la clase media, la reforma de la Seguridad Social.
En 1980 voté por primera vez, lo hice pensando en mi futuro. En 1990 voté pensando en el futuro de mis hijos. En octubre y noviembre lo haré pensando en el futuro de mis nietos. Ahora sé que -desde 2020- un país mejor está en marcha.