Positiva inauguración

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Fue una ceremonia importante. La presencia de autoridades nacionales y departamentales en la inauguración de la Planta UPM de celulosa debe ser interpretada como un paso grande en el desarrollo nacional y no solo desde el punto de vista productivo.

Se invirtieron casi 3.500 millones de dólares, llevó tres años hacerla y empezó a funcionar en abril. A fines de mayo se exportaron las primeras 50.000 toneladas de celulosa. Se trata de una etapa más de un ambicioso sueño que empezó hace décadas y tiende a proyectarse hacia el futuro. Una actividad que trasciende a cada gobierno de turno.

Hubo algunas declaraciones hechas durante o después de la ceremonia, en que frentistas y oficialistas se cobraron algunas cuentas. Pero lo cierto es que si esto se inauguró es porque más allá de discrepancias, rencillas y transas, hubo una coincidencia de que había que hacerlo.

Así como expresidentes de partidos adversarios (que en el pasado fueron incluso enemigos) pueden encontrarse, intercambiar ideas y demostrarle al mundo que la democracia es una forma de convivencia basada en el respeto y la tolerancia, lo mismo sucede cuando se ponen en marcha ambiciosos proyectos productivos.

El largo proceso de la forestación es un ejemplo. Arrancó con una ley aprobada en la primera presidencia de Sanguinetti (colorado), tuvo un acelerado desarrollo durante la presidencia de Lacalle (blanco), la construcción de la planta de celulosa en Fray Bentos comenzó en la época de Batlle (colorado) con la cual se pasó de la fase de solo plantar árboles a la etapa industrial. Y pese a que el Frente Amplio se opuso a esa planta, una vez en el gobierno entendió su importancia y ante el virulento asedio argentino para impedir la obra, Tabaré Vázquez (frentista) se mantuvo firme, con el apoyo de todos los partidos.

La idea de construir esta nueva planta en Pueblo Centenario (Durazno) empezó a negociarse con Mujica. La oposición expresó reparos a algunas cláusulas del contrato y cuando llegó al gobierno, las modificó, lo que permitió avanzar con la obra.

Sería fácil detenerse en los debates y chicaneos, que los hubo y muchos. Lo sustancial es que al final son parte de una anécdota y hoy Uruguay se destaca en la producción de celulosa gracias a que en definitiva, todos los partidos lo asumieron como una política de Estado.

Algo parecido, aunque no igual, pasó con la modernización portuaria lanzada por Luis Alberto Lacalle. Fue un paso fundamental que, con los años, cambió la dinámica portuaria. No fue fácil. Aparecieron problemas durante la segunda presidencia de Sanguinetti, sorteados cuando el período de Batlle. Consciente de la importancia de esa modernización, siendo candidato en 2004 Vázquez visitó el puerto de Hamburgo para interiorizarse de una actividad generadora de enormes recursos para el país.

Durante los gobiernos del Frente hubo cambios en las reglas de juego que perjudicaron a quien había ganado el manejo de la playa de contenedores, lo cual afectó la marcha del puerto y se corrió el riesgo de un juicio contra el Estado.

Con el nuevo gobierno se renegoció esa situación, se evitó el juicio y vino la promesa de inversiones grandes que permitirán un funcionamiento más eficaz del puerto.

Acá sí hubo diferencias entre los partidos, pese a que todos al final coinciden que el punto de partida, la reforma lanzada por Lacalle, fue un paso positivo.

Otra reforma fue la ley reguladora del marco energético, también resistida por el Frente que quiso derogarla por consulta popular. Sin embargo, con ella contó el presidente Vázquez al hacer una fuerte apuesta a la energía eólica.

Para lograr el apoyo de inversores, el gobierno negoció concesiones que no lograron afectar las tarifas, siempre altas. Pero si ayudó a que Uruguay no tuviera déficit de suministro de energía, que además es limpia al reducir su dependencia de las centrales térmicas.

Algo similar terminará sucediendo con el proyecto Neptuno, que garantizará el abastecimiento de agua a todo el sur del país. Es un proyecto ambicioso y necesario. Hoy, otra vez el Frente se opone. Sin embargo, si algún día vuelve a ser gobierno agradecerá que se haya hecho.

Es iniciativa fundamental, porque se adelanta al futuro, la del Hidrógeno Verde. Importa que Uruguay tome la delantera en ese tema.

Siempre con dificultades y trabas, al final en muchos temas claves Uruguay logra que todos los partidos acepten estos avances como políticas de Estado, saludables y necesarias.

A esto apuntan Silvia Naishtat y María Eugenia Estenssoro en su comentado libro “Laboratorio Uruguay” que no explica al país sostenido por el esfuerzo de “los nabos de siempre” (que lamentablemente existe, y vaya si existe), sino a ese otro Uruguay, que pese a refriegas y disputas termina dándose cuenta de que ciertas estrategias sostenidas por todos, dan resultado y benefician a la población. Por eso fue tan importante la ceremonia de inauguración de la planta de UPM.

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