La cuestión nació en el Pit-Cnt -por fuera de los órganos del Frente Amplio-, pero obteniendo la rápida adhesión del Partido Comunista y el Partido Socialista, redactando un proyecto de reforma constitucional, para cambiar radicalmente el sistema mixto jubilatorio.

El núcleo duro de la reforma consiste en eliminar las AFAP, apropiándose de los ahorros individuales acumulados por los trabajadores (aprox. 22.000 millones de dólares), fijar la edad jubilatoria en 60 años y establecer un mínimo para todas las jubilaciones y pensiones en el equivalente a un salario mínimo nacional.

La mayoría de los restantes grupos frentistas se manifestaron en contra, aunque con diferente grado de énfasis, por temor a molestar demasiado al Pit-Cnt y al Partido Comunista.

Para destacar la gravedad de la decisión que podrían tomar nuestros compatriotas -si el plebiscito llegaran a aprobar la reforma constitucional- basta con recordar lo que afirmó el Cr. Mario Bergara. En varias oportunidades, en la prensa, en actos políticos, en reuniones, como los desayunos de A.D.M., el entonces líder del Seregnismo alertaba con empeño sobre el desastre que sobrevendría en caso de aplicarse la reforma constitucional.

Desde el punto de vista jurídico, con sólidos argumentos, se oponía a que en la Constitución se incorporaran normas referidas a “parámetros de las políticas” como la edad jubilatoria o los montos mínimos del haber jubilatorio, porque “la Carta Magna no está para eso”. “La Constitución es el acuerdo máximo que tenemos los compatriotas para ordenar la convivencia. Allí no van los parámetros de cada política. Genera una rigidez y distorsionaría absolutamente el instrumento institucional que es la Constitución”.

Probablemente, los dirigentes sensatos del Frente, aguardaban con ilusoria esperanza, que no se llegaría a las firmas pero lo cierto es que todo hace pensar que pronto la Corte Electoral dará por cumplido el requisito.

Agrégase, que como la reforma a plebiscitar es de un populismo irresponsable, ofreciendo promesas de beneficios que a los ojos del ciudadano no suficientemente informado son posibles, existe el riesgo cierto de que en el plebiscito de octubre se ratifique la reforma constitucional propuesta por el Pit-Cnt y el Partido Comunista, con los graves efectos señalados.

Pero merece especial consideración, y ya lo hemos comentado en esta página en aquel momento, la decisión adoptada el 14 de octubre del 2023 por el Plenario del Frente Amplio, por unanimidad, cuando comenzaba la recolección de firmas, a través de dos resoluciones sucesivas, por las que el Frente -como partido político- renunció a asumir su responsabilidad política, para no enfrentarse a la central sindical y el Partido Comunista.

La conducta asumida en aquel momento como partido político, es propia de un grupo de irresponsables y digna de Poncio Pilatos. Les faltó coraje cívico y hoy se ven las consecuencias.

Como dijimos, las resoluciones unánimes son dos. Una de ellas, la primera desde el punto de vista lógico, proclama la libertad de acción de los sectores y dirigentes.

Puede verse que aquí la libertad de acción es simplemente el mecanismo encontrado por el Plenario para eludir una definición política colectiva -adoptada por mayoría en los órganos partidarios- que podría llevar a una discordancia interna inconveniente.

Así, lo reconoce claramente la primera resolución que transcribimos porque no tiene desperdicio:

“Entendemos que la libertad de acción es el resultado de una situación interna que no admite ni imposiciones ni prohibiciones. Tenemos el desafío unitario de adoptar una posición políti- ca que nos permita administrar la disidencia.”

En suma, rehúyen adoptar -como partido- una posición orgánica colectiva, aun sabiendo que el daño que puede generarse a todos los compatriotas será irreparable, solo porque no quieren malquistarse con los promotores, a quienes temen.

La segunda resolución procura plantear una alternativa que en realidad no existe. Se trata de proponer que en el próximo período de gobierno si el Frente Amplio triunfare, convocará a un “Gran Diálogo Social” sobre la seguridad social. Para darse cuenta de la vaguedad de la propuesta, transcribimos el párrafo en el que pretende describir el procedimiento, que tampoco tiene desperdicio:

“A partir de las experiencias previas, se plantea conformar un conjunto de Mesas Temáticas de Diálogo (MTD), a las cuales serán invitados todos los actores institucionales relevantes. Esto incluirá representantes del gobierno, del sistema político, de organizaciones públicas y privadas, de la academia, de instituciones especializadas en el tema y de la sociedad civil.[…]. Finalizada esta etapa, se conformarán Comisiones Ejecutivas, que serán las encargadas de generar la síntesis que sirva de base para la elaboración del informe final, que será elevado a la Presidencia de la República.”

Claro que la propuesta del diálogo social como alternativa a la reforma constitucional no es tal, ya que, si el plebiscito constitucional del último domingo de octubre saliera favorable a la reforma, el “diálogo” ya sería absolutamente inútil porque la nueva Constitución lo habría aniquilado, imposibilitando su concreción.

Por último, si el Frente Amplio, por unanimidad, “descubrió” en octubre de 2023 que la cuestión de la seguridad social podía ser satisfactoriamente resuelta a través del “dialogo social”, cabe preguntarse por qué razón no lo hicieron en los 15 años en que gobernaron con mayoría absoluta en ambas cámaras. Hoy, cuando parece seguro que tendremos plebiscito, cabe preguntarse: ¿qué van a hacer ahora los sectores y dirigentes que han dicho y son conscientes de que la reforma constitucional provocaría una catástrofe nacional?

¿Seguirán temiendo enfrentar a los sindicalistas y comunistas en aras de una unidad artificial, porque dependen del “aparato” de ambos?

¿La unidad está por encima del interés general?

¿Dejarán correr los acontecimientos, como si fueran ajenos al nexo de causalidad de los mismos, cuando la causa nació en sus propias filas?

¿Serán tan pero tan pusilánimes los actuales dirigentes del Frente?