Si tuvieran dignidad...

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Es una historia con facetas macondianas. No están los Buendía pero sí los Caram. Y sí estamos ante una burda trama de corrupción. Los hechos no merecen sesudos análisis de politólogos, sino simple y llanamente que todos los involucrados en el “fraude” (tal como lo tipificó la Justicia), acaten la sentencia judicial y den un paso al costado.

Hasta el momento en que escribo esta columna (viernes al mediodía) había renunciado a su banca por Artigas la diputada blanca Valentina Dos Santos, sobrina política del intendente Pablo Caram y aspirante a sucederle para el caso que este dimita. Al igual que su tío Pablo, renunció al Partido Nacional.

La razón de los procesamientos judiciales responde a una red de corrupción, montada por cuatro miembros del clan Caram. Una estructura por la que mandaban pagar horas extras a un número de funcionarios que no las hacía, pero sí cobraban la plata.

El perjuicio de la maniobra ejecutada durante varios años, le habría costado a las arcas de la Intendencia US$ 8 millones. Sería interesante que la investigación judicial lograra determinar adónde fue a parar a lo largo del tiempo esa gigantesca cifra.

Siguiendo con la trama familiar, Rodolfo Caram, primo de Pablo y pareja de Stefani Severo, son figuras claves en el fraude y ambos fueron condenados también por la Justicia.

Hasta febrero de 2023, Rodolfo Caram fue secretario general de la Intendencia de Artigas y Stefani, funcionaria de Recursos Humanos. Stefani marcó algunos récords y no precisamente por su capacidad e idoneidad, sino por cobrar 294 horas extras en el mes de enero de 2022, mientras hacía uso de su licencia anual.

Toda esta historia fue oportunamente denunciada por El País en el verano de 2023. La nota, entre otros efectos inmediatos, produjo la dimisión de Rodolfo y Stefani.

Los integrantes de la familia Caram fueron condenados a penas de prisión: catorce meses para Pablo, seis meses para Valentina, y veinticuatro meses para Rodolfo y Stefani, respectivamente. A todos se los dejó en libertad a “prueba” y deberán cumplir tareas comunitarias semanales y pagar una multa que oscila en los $ 42 mil.

En la tarde de ayer viernes, la Justicia libró un oficio a la Corte Electoral, para que se pronuncie sobre si tanto Pablo y su sobrina Valentina, están habilitados para ejercer cargos públicos. Habrá que esperar entonces unos días más para saber cuál será el próximo capítulo de esta historia.

Tal vez si el intendente Caram y su sobrina Valentina, tuvieran un poco de dignidad y respeto a los valores del Partido Nacional por el que fueron electos, se habrían ido ya para sus casas. A ambos y a todos los involucrados en este fraude y que enarbolaron la bandera de los blancos, les recomiendo que lean las cartas que Aparicio Saravia y su hermano Basilicio intercambiaron durante la Revolución de 1897. En una de ellas Aparicio le escribió a su hermano:

“La patria es algo más de lo que tú supones; la patria es el poder que se hace respetar por el prestigio de sus honradeces y por la religión de las instituciones no mancilladas; la patria es el conjunto de todos los partidos en el amplio y pleno uso de sus derechos. La patria tiene que ser la dignidad arriba y el regocijo abajo”.

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