Entrando en la campaña se vuelve más evidente, y no está mal, el uso político de los indicadores económicos y sociales. Es normal en una democracia que los partidos de gobierno quieran capitalizar las mejoras en los indicadores que le sonríen; y las oposiciones echar en cara aquellos que empeoraron. Bastante peor que este uso político sería no poder discutir sobre ninguna base razonablemente objetiva. Dicho eso, creo que con los datos de pobreza entramos en una utilización de cifras demasiado berreta olvidándonos de la historia central y más relevante que estas cuentan.
¿Cuál es esta historia relevante que nos cuentan los números sobre pobreza monetaria? Básicamente que esta está estancada desde 2015 entre el 8% y 10%. La oscilación en ese margen se rompió durante la pandemia naturalmente, en 2020 la pobreza fue de 11,6%. Si bien fue un aumento muy moderado en comparación internacional, se trata de un cambio significativo. A partir de 2021 empezó a bajar la pobreza y ya estaría nuevamente en ese umbral de entre el 8% y 10%. Paralelamente hay una historia más trágica que cuentan sobre la pobreza infantil que más que duplica estos niveles, siendo la pobreza entre menores de 6 años cercana al 20% también desde hace 10 años.
Pero claro el juego político necesita cosas más contundentes. Entonces tiene una gran pregunta: ¿la pobreza hoy es mayor o menor que cuando asumió el gobierno? La respuesta correcta técnicamente es que está en niveles similares.
El último dato publicado por el INE correspondiente al gobierno anterior es el dato del segundo semestre de 2019 e indica que el 9,0% de la población estaba por debajo de la línea de pobreza. El último dato disponible que tenemos es del segundo semestre 2023 que muestra un 9,8%; la diferencia entre ambos datos está dentro del margen de error por lo que no es correcto decir que existe un aumento.
Sí se podría hablar de un aumento si comparamos los datos anuales de 2019 y 2023, pero a todas luces es una comparación menos ilustrativa sobre cómo estamos ahora en comparación a lo que “recibió” este gobierno. En 2019 todos los indicadores de bienestar material venían empeorando: empleo, salario, ingreso de los hogares y pobreza; es por eso que el nuevo gobierno “recibió” una situación peor al promedio del año. En 2023 ocurre lo opuesto, durante ese año el salario real tuvo una suba muy relevante, el empleo creció y el ingreso de los hogares llegó a máximos históricos. Parece evidente que, para comparar los cambios en la pobreza durante este gobierno es mucho más relevante comparar los datos estimados por el INE correspondientes a los segundos semestres.
Para cualquiera preocupado por la pobreza en nuestro país, lo relevante debería ser discutir como perforamos ese piso de entre 8% y 10% en el que estamos desde 2015, y bajar sustancialmente los niveles de pobreza infantil que duplican esa cifra general. Usar políticamente pequeñas oscilaciones que se dan luego de un contexto pandémico parece una pequeñez. Pero además, si se quiere ser puntilloso utilizando los últimos datos oficiales del INE del gobierno anterior y de este las diferencias están dentro del margen de error por lo que no es correcto afirmar que hubo variaciones.