Tabú es una palabra utilizada para referirnos a temas que nos incomodan. La RAE lo define como aquello prohibido de tocar, mencionar o hacer, por motivos religiosos, supersticiosos o sociales.

En estos días, tuve la oportunidad de concurrir a la Comisión de Salud de Diputados para poner sobre la mesa un tema que durante muchos años ha sido tabú en este país. Con el equipo del INJU presentamos la campaña de sensibilización en salud mental y bienestar psicosocial dirigida a adolescentes y jóvenes que comenzaremos a ejecutar este año.

La misma, surge en el marco de la Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio 2021-25 y la Ley 19.979 aprobada por el Parlamento, que dispone la creación de una Campaña Nacional de Concientización y Prevención del Suicidio Adolescente.

Entre julio y octubre del presente, desde el INJU, con apoyo de Unicef, y en coordinación con el MSP, ASSE, ANEP, MEC, Secretaría de Deportes, Agesic, Medios Públicos, INAU e Inisa, vamos a desarrollar casi 200 talleres dirigidos a adolescentes en todo el país, acciones de comunicación masiva para la población general y difundir materiales para padres, jóvenes y educadores a través de una plataforma web centralizada.

Nuestro objetivo principal es sensibilizar a los adolescentes y sus entornos en la importancia de dar espacio a la salud mental. El primer paso en el abordaje de un tema así de complejo, es reconocer el problema, hablarlo y hacerlo visible.

Según datos preliminares del MSP recientemente publicados en este medio, en el 2021 murieron 731 personas por suicidios en Uruguay. La tasa de suicidios en nuestro país viene creciendo desde hace 20 años y es de las más altas de América (OMS, 2019). A pesar de que el grupo etáreo donde se registran las tasas más alta es el de los adultos mayores, en Uruguay el suicidio tiene un fuerte impacto en la población joven, donde representa una de las primeras causas de muerte.

Uno de los grandes aprendizajes que nos dejó la pandemia es que la salud mental de todas las personas, pero especialmente de adolescentes y jóvenes, es profundamente sensible al entorno y a sus circunstancias. Sin embargo, pedir ayuda y hablar con naturalidad sobre el tema sigue siendo tabú a muchos niveles de nuestra sociedad. Este estigma, impide que estemos informados, que hablemos cuando es necesario y dificulta que aquellos que más lo necesitan pidan ayuda cuando lo requieran.

Sin dudas, la intervención de un especialista del área de la salud es clave y por ello es fundamental generar los espacios para dar lugar al abordaje de estos temas, permitiendo que los entornos seamos capaces de interpretar posibles alarmas.

Tenemos que acercar información para reconocer lo que es normal y diferenciar lo patológico, de manera de intervenir siempre que se requiera. Tomar contacto con un especialista en el momento oportuno y estimular a los que tenemos cerca a realizarlo es el procedimiento de prevención más importante que tenemos a nuestro alcance.

Hablar, escuchar, pedir ayuda, estar disponible; particularmente adolescentes y jóvenes necesitan el espacio para hacerlo.

La Línea VIDA para la prevención del suicidio funciona las 24 horas del día y los 365 días del año a través del número 0800 0767 o *0767.