El Premio Nobel de Economía Ronald Coase decía que “si torturas lo suficiente a tus datos, éstos te confesarán lo que quieras”. La semana pasada, volvimos a conocer un análisis del IECON que nos explica porque los datos de empleo no serían tan buenos como el INE dice. Y cuidado, técnicamente no hay nada reprochable en el informe. Las interpretaciones serias alternativas a los datos oficiales agregan valor a la discusión. Lo que no parece razonable es el evidente sesgo con el que el Instituto de Economía de la UdelaR se preocupa por buscar lecturas alternativas a los datos oficiales.
Un tiempo antes al IECON se le había “ocurrido” re estimar un análisis que publicó una consultora algunos días antes, uno que ya había tenido impacto político en plena campaña electoral. Un análisis que notoriamente quedaba viejo, porque solo se podía hacer con datos del 2023. Para sorpresa de nadie, el análisis que replicó el IECON fue artillería de los dirigentes del Frente Amplio, incluso parece haber sido incluído en un manual a la militancia. En septiembre pudimos confirmar lo que ya sabíamos que decir que el 80%, o más aún, el 95% de los uruguayos tenían hoy (si usaban el presente) ingresos peores que en 2019 es absurdo.
Esta semana, al IECON se le ocurrió publicar sobre un tema que el Senador Bergara había manifestado interés desde hace tiempo. El Senador, sin mostrar más que su opinión, había dicho que los datos del INE estaban mal, y que la creación de empleo no es la que estos decían. A dos semanas de las elecciones el IECON construyó un análisis que abona esta tesis.
Más allá del impacto de los cambios metodológicos introducidos por el INE, que ocurren usualmente, y que pueden representar un desafío a la hora de la comparabilidad; no parece razonable poner seriamente en juego la conclusión de que la situación del empleo mejoró sustancialmente durante este gobierno. Mirando “datos duros” como son los cotizantes al BPS, vemos que en el promedio de 2023 estos fueron 57 mil más que en 2019. Si agregamos que durante 2019 fue un período de destrucción, que durante 2023, y en lo que va de 2024, continuó la creación de puestos de trabajo, y que naturalmente también deben existir nuevos trabajadores informales, parece muy difícil sostener que la recuperación del empleo no fue bien significativa.
Pero cuidado, el ejercicio es totalmente legítimo. Y sin tanto oportunismo electoral estoy seguro que tiene mucho para enriquecer el análisis. Una pregunta, en la búsqueda de lecturas alternativas ¿a nadie en el IECON se le ocurrió re estimar las personas bajo la línea de pobreza incluyendo partidas que no son contabilizadas hoy? Analizar cómo cambiaría esto si contabilizamos las transferencias que se iniciaron en este período como el subsidio para el supergas, y sobre todo el bono social UTE-MIDES de energía eléctrica. Este último es recibido por 168.000 hogares de contexto crítico y en promedio tuvo un valor de más de $1200 al mes en 2023. Sería un análisis interesante que enriquecería.
La democracia es el espacio del disenso, confrontar interpretaciones está muy bien. Sin embargo tengo la sensación que estamos entrando en otro terreno. Por el bien de los datos, esperemos que estas seis semanas que restan de campaña pasen rápido.