Están sucediendo acontecimientos relevantes para el país.
La puesta en marcha del proyecto Kahirós en el departamento de Río Negro significa un salto de calidad, y el inicio de una muy auspiciosa etapa en la historia de la producción energética nacional.
Se trata nada menos que de la producción de hidrógeno verde (H2V) como combustible limpio para el transporte pesado, uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estamos hablando de vehículos que transportan cargas de hasta 48 toneladas, y emiten cantidades muy elevadas de esos gases como elemento residual del uso de combustibles fósiles.
Con la construcción de esta planta -que ocupará 8.4 ha y demanda una inversión de US$ 40 millones-, se pone en marcha la segunda transición energética renovable de Uruguay, recordando que el otro proyecto de H2V ya aprobado a materializarse en Paysandú, será la inversión más grande en la historia del país.
Como vemos esta transformación avanza muy en serio. El privado invierte y el Estado evalúa, aprueba la propuesta, y a continuación la supervisa implantando los controles que exige la normativa vigente para garantizar el éxito de los proyectos. Recordemos que la esencia misma de innovaciones tecnológicas como el H2V está en transformar el desarrollo de la humanidad regido por un modelo sustentable, capaz de garantizar bienestar, prosperidad y salud ambiental.
Recordemos lo esencial de este combustible limpio. La fuente es el agua. Por hidrólisis se separa el hidrógeno del oxígeno utilizando energías renovables. Se almacena el H a presión. Al reaccionar con el oxígeno del aire en una fuel cell del motor, se genera electricidad que mueve al vehículo, y libera vapor de agua como único residuo.
La importancia del proyecto Kahirós es que la empresa Montes del Plata (forestación y producción de celulosa), incorpora un nuevo eslabón a la cadena, invirtiendo en la producción de H2V en el país, con el objetivo de transformar el transporte pesado carretero de su producción en “cero emisión de GEI”. No es exagerado subrayar que este logro será observado con mucha atención desde el exterior, debido a que la descarbonización del transporte pesado es uno de los mayores retos que se enfrentan.
Si bien existe alguna preocupación por los volúmenes de agua que consumirá esta industria, hay que decir que no serán obstáculo alguno para que prospere esta innovación energética en el país bajo los parámetros de la sustentabilidad.
La importancia para Uruguay de ingresar de lleno en la producción y exportación de H2V debería quedar demostrada a través de lo siguiente: 1) Nuestro país carece de fuentes de hidrocarburos, por lo tanto importamos el 100% de lo que consumimos, invirtiendo muchas divisas en su compra. 2) Significa seguir avanzando en el uso de recursos abundantes y renovables propios (sol, viento y agua). 3) La electrificación masiva y la economía del H2V le darán al país una mayor independencia energética y económica, que potenciará su desarrollo, augurando mayor prosperidad (ingreso de divisas, empleo, capacitación técnica). 4) Contribuirá de manera superlativa en el cumplimiento de nuestros compromisos internacionales de mitigación del cambio climático.
Concluimos que esta novedosa etapa energética del país impulsada con tanto acierto por el gobierno, resultará transformadora.