@|Creo que fue una acertada designación la de Luis Alberto Heber como Ministro de Transporte y Obras Públicas.
Es un hombre muy talentoso que sabe trabajar en equipo y con una enorme experiencia política que es necesaria para desarrollar tan difícil responsabilidad.
En lo que me es personal, mantengo con él una relación sumamente cordial e, incluso, en el pasado, me honró efectuándome algunas consultas sobre mi especialidad.
Pero es indudable que debe enfrentar complejos desafíos entre los que destaco el relativo al puerto de Montevideo.
Al respecto ya ha adelantado algunas ideas como las referentes a optimizar el ámbito operativo de nuestra principal terminal portuaria trasladando a la Armada y a Los Cipreses S.A. (Buquebus) de los muelles que ocupan actualmente. Comparto el objetivo, pero estimo que ello debe ser realizado dentro del marco de una planificación portuaria adecuada, evitando políticas del golpe del balde y la improvisación.
El art. 7 de la Ley No. 16.246, del 8 de abril de 1992, o ley de puertos dispone que “Le corresponde al Poder Ejecutivo el establecimiento de la política portuaria y el control de su ejecución”. Es decir, el establecimiento de los lineamientos de la política portuaria le corresponde al Poder Ejecutivo que debe controlar su ejecución por parte de la A.N.P.
En la actualidad, no existe una política portuaria perfectamente definida y ello se aprecia en los reiterados conflictos surgidos entre Terminal Cuenca del Plata (Katoen Natie) y Montecon. Conflictos que se han suscitado desde hace más de tres lustros, que han dado lugar a la remoción, nada menos, que del que fungía como Gerente General de la ANP, con permisos revocados a Montecon, con declaraciones del Gerente de Relaciones Institucionales de TCP., Fernando Correa en las que se afirmaba que entre la ANP y Montecon “hay olor a corrupción”. Y, últimamente, con una eventual demanda por parte de TCP contra el Estado uruguayo por US$ mil quinientos millones.
Pero además, se está dando una situación particularmente ominosa. El puerto de Montevideo perdió el transbordo de cargas paraguayas que fueron captadas por el puerto de Buenos Aires. Ello ha generado que nuestra principal terminal portuaria haya bajado esa operativa, en un 15 % en el año 2018. Las razones fueron la demora en las operaciones y el alto costo de las mismas. Mientras tanto, el puerto de Buenos Aires, que ha mejorado en muchos aspectos, creció un 22%.
A lo que antecede se agrega un importante déficit financiero de la A.N.P., que se va a acrecentar con lo acordado con UPM el 7.11.2017 y con el acuerdo celebrado, recientemente, para el retiro de los buques abandonados en la bahía de Montevideo.
Para revertir este estado de situación es imprescindible que el Poder Ejecutivo, es decir, el M.T.O.P., establezca la política portuaria a seguir y controle su ejecución por parte de la A.N.P.