15 años de "ineptocracia"

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@|El actual gobierno, como había prometido, está realizando auditorías en diversos ministerios, buscando esclarecer hechos que durante 15 años de gobierno han generado pérdidas, que al ser analizadas, una a una, resultan sorprendentes; y al conocer su totalidad, la cifra es escandalosa.

Más allá de que puedan conocerse actos de corrupción, no tendrían comparación con la magnitud de los errores cometidos, justificando esos 15 años como un claro ejemplo de “ineptocracia”.

“Un sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar, son elegidos por los menos preparados para producir; y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con impuestos sobre el trabajo y riqueza de quienes producen, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías y emprende quimeras que han fracasado allí donde se han aplicado”. Definición atribuida al escritor francés, Jean D´Ormesson, punzante e ingeniosa, que transportada a nuestra realidad, no admite discusión.

Aún sabiendo que las cifras que se manejan puedan ser superadas en la mayoría de los casos, como cuentas de un largo collar, se suceden hechos que por su notoriedad rayan en lo inadmisible y que expresaré en cifras de millones de dólares para no llenar de ceros esta carta:

La refinanciación de Ancap por 622; las pérdidas acumuladas de la cementera de Paysandú, de Ancap del 2005 al 2020 por 500; el horno de producción, nunca colocado con un costo de 80; la creación de Alur con sueldos desorbitantes; la quiebra de Pluna por 137, además de 27 en cheques a Ancap, más años de sostenibilidad, sin volar, siempre a costo del Estado; la onírica y fallida regasificadora Gas Sayago con sueldos faraónicos y auditoría final de 213, aunque se sabe superará los 300; la plataforma política de Cosse, el Antel Arena, planeado en 40 y terminado en 120, de los cuales durante años seguiremos pagando deuda e intereses; la coma de diferencia (de 0.5 a 0.05) en el contrato de UPM 2, significando una pérdida estimada de 500, el obligado cambio de trazado del tren, con inesperado desmedido incremento del costo de expropiaciones; la deuda de Venezuela con las exportaciones de lácteos por 30; la inversión de 400 en una planta desulfurizadora que nunca funcionará al 100% y los sueños de Mujica con Aratirí, puerto de aguas profundas y el Tren de los Pueblos Libres, alcanzan para asombrarnos de la escandalosa magnitud y falta de idoneidad y criterio de años de gobiernos manejados por políticos ineptos, por no entrar en otras consideraciones que no son del caso, en estos ejemplos de obras fracasadas y empresas deficitarias.

No es necesario sumar las cifras perdidas por el Estado uruguayo, porque el resultado de la “ineptocracia” es tan rotundo y terminante como la definición de Jean D´Ormesson. Y en tanto continúen las auditorías, irá creciendo el asombro, mientras quienes fueron autores de tales desatinos, respaldados en sus fueros, seguirán como autómatas reclamando un sueldo universal.

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