@|Una amenaza manifiesta de intolerancia se incrementa de manera progresiva por parte de determinados sectores, con un teatro bien armado, ambicionando imponerse al pueblo.
Y, silencio, ¿a nadie le concierne?
Hechos entronizados en el continente son ejemplos cercanos. Sobrecogiendo el dominio del hombre, utilizando el hambre, la ignorancia, las dádivas, aplastando los principios esenciales sin freno.
¿Es el fin de la democracia?
Asombra no tomar consciencia con los ejemplos latentes de lo sucedido en el pasado siglo, en el planeta y en el país.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis presentes.
¿Qué será de las futuras generaciones en manos del populismo que se pretende imponer?, ¿a nadie la importa el devenir?
Miremos al mundo actual asemejándose, cada vez más, a los filmes apocalípticos.
¿Será el fin, ante la imposibilidad de revertir la situación que nos ronda?
El país está minado por ese: nada importa. Pero hay un Uruguay pujante que quiere florecer.
¿Dónde está usted?