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Atraso cambiario

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Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|La doble carga del atraso cambiario y el aumento de impuestos, la propuesta del FA.

El Frente Amplio (FA) ha expresado su preocupación por el atraso cambiario que enfrenta Uruguay, reconociendo que este fenómeno ha afectado gravemente la competitividad de los sectores productivos, especialmente el agroexportador.

Yamandú Orsi, candidato presidencial del FA, ha calificado el atraso cambiario como “nefasto” para la economía del país, una situación que ha empeorado bajo el actual gobierno. Sin embargo, Orsi ha descartado la solución de devaluar, argumentando que, dado el contexto inflacionario actual, esta medida sería contraproducente. Aunque la postura del FA resalta la gravedad de este problema, el incremento de impuestos propuesto en su programa electoral agrava aún más la situación, abriendo un debate crucial sobre la política económica que enfrentamos.

El aumento de impuestos en un contexto de atraso cambiario, es una combinación peligrosa que puede ahondar las dificultades de los sectores productivos y exportadores. La razón principal radica en que cuando los costos operativos de los productores se incrementan debido a una mayor carga impositiva, estos ven reducidos sus márgenes de ganancia y competitividad frente a países con menor carga tributaria y tipos de cambio más favorables. Este efecto se amplifica aún más cuando los exportadores se enfrentan a un mercado global donde los precios de los productos uruguayos se encarecen debido al atraso cambiario. Al agregar impuestos más altos a esta ecuación, los productores se ven obligados a competir en condiciones desventajosas, lo que desalienta la producción y las exportaciones.

Pero los efectos no se limitan a los sectores productivos. El aumento de impuestos genera una presión inflacionaria interna, pues estos mayores costos se trasladan al consumidor final. Esto, a su vez, erosiona el poder adquisitivo de la población, debilitando la economía doméstica.

Aunque el atraso cambiario ha permitido una reducción en los precios de los productos importados, la mayor carga tributaria sobre los productos puede contrarrestar esta ventaja, generando un entorno económico aún más desafiante.

Otro aspecto relevante es el desincentivo a la inversión. Las altas cargas impositivas generan incertidumbre en los empresarios, que prefieren no arriesgar capital en un entorno económico donde los márgenes de rentabilidad se ven amenazados por el atraso cambiario y la creciente presión tributaria. La falta de inversiones nuevas agrava aún más la falta de dinamismo en la economía, lo que podría resultar en una desaceleración aún mayor del crecimiento económico.

Además, la falta de competitividad en los sectores clave, exacerbada por el aumento de impuestos y el atraso cambiario, puede llevar al cierre de empresas, especialmente en sectores como la agricultura, la industria y los servicios vinculados al comercio exterior. Esto no solo incrementa el desempleo, sino que también debilita la base productiva del país afectando la estabilidad y el bienestar económico a largo plazo.

En resumen, el aumento de impuestos en un contexto ya complejo de atraso cambiario puede resultar letal para la economía uruguaya. Disminuye la competitividad de los sectores productivos, reduce las ganancias de los exportadores, frena la inversión y genera una presión inflacionaria que erosiona el poder adquisitivo. Es este el panorama del próximo gobierno, que nos dibujó la imagen de bonanza e incendió la pradera.

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