El calavera | Montevideo
@|Un dicho muy uruguayo reza: “calavera no chilla pero junta bronca”.

Los vecinos de Colón, barrio situado a 15 km del Centro de Montevideo, gozó siempre de un sabor a pueblo del interior, donde a principios del siglo XX creció como lugar de descanso y veraneo para una sociedad montevideana que ya buscaba, en ese entonces, bajar el estrés que significaba la gran ciudad.

Las transformaciones no demoraron en llegar y se afincaron familias en forma permanente, muchas de ellas pertenecientes al medio rural, las bodegas, etc.

Por otro lado, el ferrocarril conectaba en escasos 15 minutos la Estación Central con la Plaza Vidiella.

A fines de la década del 60´ y principios del 70´ varios comercios, muchos de ellos pertenecientes a familias radicadas en la localidad, logran crear un centro comercial que abarca un perímetro que va de Avda. Garzón, entre Lanús y Besnes e Irigoyen, al que se suman más ofertas comerciales para satisfacer la demanda del público creciente, en su mayoría clase media, asalariados, bodegueros, quinteros que viven en casas con amplios terrenos.

A mediados de la década del 70´se hace un nuevo hormigón y así Colón logra una estable armonía entre la zona comercial y el barrio.

Poco duraría esa estabilidad y promediando el año 2008, a sus vecinos les llega la noticia que está en marcha un proyecto millonario “en dólares” para modificar el trazado tradicional de nuestras calles.

El Municipio G: invento de la Administración frenteamplista para manejar una creciente burocracia.

Es así que un grupo de las fuerzas vivas del barrio, Centro Comercial, Rotarios, Leones, Club Olimpia, Complejo América se atreven a consultar en el Comunal 12 y pedir la presencia de alguna autoridad municipal para que informe sobre el particular y enterarnos de primera mano de los planes que en forma “inconsulta” con el barrio se estaban llevando a cabo.

Así conocimos a un Sr. Urse, que manejaba los hilos del proyecto. Ante nuestra sorpresa y después de enterarnos en forma muy fragmentaria del mismo, no sin antes observar los rasgos de molestia que le ocasionamos, ya que a su saber y entender debíamos “agradecer” el privilegio de ser destinatarios de esa “maravillosa” planificación parida de nuestros genios burócratas.

Señores, se venía el tristemente célebre Corredor Garzón.

A partir del 8 de diciembre de 2012, 6 kilómetros desde San Quintín hasta Camino Colman, 26 paradas en el medio de la calle, todas vandalizadas. Ya vamos a cumplir 17 años que han alterado, degradado todo el barrio.

Sin entrar en más detalles, que entendemos sería abusar del medio periodístico que tanto ha colaborado con nosotros, y ante la proximidad de las elecciones nacionales, queremos que los vecinos respondan con un cambio administrativo de nuestra ciudad, hoy incompetente.

¡17 años sin reparación!

Impactos sociales: vandalismo, mendicidad abusiva, comercios informales, siniestros viales, basura, inseguridad.

En su momento la Intendenta Ana Olivera dijo “no hay justificación, nos equivocamos con Garzón”. El ex Intendente Martínez expresó: “es un desastre”.

Por todo lo dicho: ¡vecinos alerta! Vamos mal, hay que cambiar esta gente. Montevideo no se merece lo que está viviendo.