Jorge Antunes | Montevideo
@|Sólo los débiles utilizan la fuerza para dirimir las diferencias y los sindicatos de la enseñanza son la confirmación.
Con las ocupaciones dejan en claro que se trata de un gremio carente de apoyo dentro de su actividad.
Son un grupo de delincuentes y, esto no es una acusación, es una descripción de su actitud según la RAE. Atentan, transgreden, infringen y violan la ley vigente por medio de la fuerza.
El desastroso ejemplo que dan a sus educandos, a sus correspondientes progenitores y a los restantes docentes es lamentable. Incitan a quebrantar la ley e imponer la fuerza bruta para dejar en claro su postura.
Perdón, ¿son los mismos sindicatos que automáticamente decretan un paro ante cualquier agresión a sus funcionarios? Son una risa.
Evidentemente no tienen la menor idea de lo que es ser un profesional con mayúscula. Es mucho más que tener un papel colgado en la pared.
Ser profesional representa, además del conocimiento en la materia, tener la vocación, los valores, los principios y la dedicación por encima de toda ideología personal. Estas virtudes las llevan enraizadas en su alma y esta gente no da con la talla.
Llama la atención que ningún fiscal actúe de oficio.
Pero cuidado, porque la culpa también es nuestra. Luther King decía: “no me asustan los gritos de los violentos, me aterra el silencio de los mansos”, y creo que aplica perfectamente a esta situación.
Por eso, no sería justo terminar esta nota sin resaltar lo publicado el 15/10 en este mismo espacio, por el Prof. Antonio Romero Piriz bajo el título “Paro en Secundaria”. La valentía, síntesis y concluyentes expresiones van en la dirección de la mencionada frase, por lo que son dignas de ser leídas y asumidas como orientación.