Un Conejo Blanco | Montevideo
@|El tiempo pasa y en Argentina se acerca inexorablemente la fecha de las elecciones nacionales donde la ciudadanía deberá elegir presidente. Elecciones que han adquirido vital importancia, dado que esta vez se conjugan situaciones excepcionales.
La factibilidad de desaparición del “kirchnerismo” de la posición de poder, dejando ahora más expuesta a la expresidente “CF de K”, a las causas que la justicia lleva contra sus actos de corrupción; el impredecible, enorme, déficit fiscal que este gobierno dejará; la onerosa deuda con el FMI para la cual no se vislumbran recursos; la temida inflación avanzando descontroladamente; la cifra de pobreza e indigencia creciendo sin control; el grotesco grado de obesidad que alcanzó el Estado al que “La Cámpora” alimenta con cientos de ñoquis, día tras día; el alto grado de inseguridad, muertes, robos y saqueos en auge en todo el país y muchos otros hechos que acumulándose han llevado a la Argentina a un punto tal, del cual retornar será una tarea titánica.
Las internas de agosto ya decidieron que la elección se definirá entre 3 candidatos que votaron muy parecido, pero proponiendo acciones muy diferentes.
El oficialismo, dando manotazos de ahogado ya desembozadamente, sin el menor escrúpulo, eliminando impuestos, regalando dinero que no tiene y generando mayor inflación, pobreza e inseguridad, según el tiempo avanza. Y la oposición desarticulada, y mostrando enormes dificultades para reagrupar a las dispares fuerzas internas, visiblemente debilitada con heridas que ya no sanarán.
Y mientras esto sucede, una mitad de los votantes habilitados, formada por quienes no fueron y por quienes yendo votaron en blanco o a candidatos que perdieron; esa inmensa masa, observa y razona que la oferta que quedó de oficialismo y oposición, por más que se intente maquillar es “más de lo mismo”. Y ya no dudan que Argentina requiere un cambio, el cual estos mismos políticos que en los últimos 20 años llevaron a su país al caos en que hoy se encuentra, no le podrán dar; por lo cual se precisa alguien que presente una imagen diferente, con un proyecto removedor que entusiasme y prometa, aún en la duda de poder cumplir, un gobierno distinto. Una figura que cual “Mesías”, transforme a la Argentina enferma, le cure males y dolencias que la aquejan y la tienen postrada en un incómodo lecho de corrupción, populismo y demagogia, atiborrándola de planes sociales, regalías, reclamos, piquetes y saqueos que, como yuyos de malos curanderos, nada solucionan.
Entonces, con fuerza arrolladora y cada día más, “La Libertad Avanza” y sigue creciendo y suma voluntades y despeja nubes de dudas de su triunfo ya en primera vuelta, y a la vez que aclara a los medios sus locuras y explica con lujo de detalle sus genialidades, cada vez más avanza, afianzando una esperanza... Javier Milei.