@|Viví 22 años en el extranjero.
Se escucha fuera de las fronteras y con orgullo, que Uruguay tiene el carnaval más largo del mundo, lo cual es muy inspirador, incluso para el turista.
Llegando aquí y viendo la realidad, es claro que el carnaval está completamente politizado, al punto de la falta de respeto a personas fallecidas en función pública que no pertenecen a la tendencia política de la mayoría de las murgas. Pocos o ninguno son los temas diferentes que puedan tratar.
Un carnaval tan interno y tan poco entendible, además de irrespetuoso, jamás puede ser exportable como sí lo es el brasileño.
En conclusión, tendremos el carnaval más largo del mundo, pero imposible de exportar, por lo que queda circunscrito al territorio nacional.
Una gran pérdida de oportunidad que se da cuando no se sabe separar la expresión cultural de la política.