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Controles de Prefectura

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Carlos Asecas | Rocha
@|Prefectura omite los controles en forma reiterada.

Mi familia y yo desde hace varios años, aprovechamos para disfrutar nuestras vacaciones en playa del Ribero, en Punta del Diablo. Es un lugar espectacular por la tranquilidad y los paisajes.

Lamentablemente, todos los años se repite el mismo problema: invasión de perros en la playa.

Por todos es sabido que no se puede bajar a la playa con perros, pero sabemos que a muchos les encanta violentar las disposiciones y con más razón cuando saben que nadie las hace cumplir.

Los perros en la playa generan infinidad de inconvenientes: la mayoría están sueltos; hacen sus necesidades en cualquier lado; se pelean entre ellos y pueden provocar lesiones en los pequeños; cuando alguien está con alimentos se acercan para tratar de obtener algo.

Días atrás sucedió algo lamentable. Una señora estaba acostada tomando sol y de pronto se le acercó un perro, comenzó a hurgar en la arena y luego levantó la pata y la orinó. En virtud de que era un perro grande, la señora no reaccionó y sólo atinó a tirarse encima agua de la botella que tenía y posteriormente se retiró del lugar. Estas cosas no pueden suceder y quien debería cumplir con su tarea es el destacamento de Prefectura ubicado en Playa de los Pescadores. También la Junta Local es responsable, pues en ninguna entrada a la playa hay carteles que indiquen la prohibición de llevar perros, de modo que nadie pueda aducir que no lo sabía. No sólo es el tema de los perros, sino que si en algún momento sucede un incidente entre las personas, no se ve nunca una marinero recorriendo la playa.

En realidad si están o no están da lo mismo, porque nunca se los ve.

En alguna oportunidad hablé con un marinero y la excusa que me dio fue que los perros estaban sueltos y no se conocía su dueño. Es verdad que hay muchos perros que son vagabundos del lugar, pero también hay perros que están sentados con sus dueños y es fácil identificarlos.

El año pasado, en virtud de que tenía un contacto en el Ministerio de Defensa, le informé de lo que sucedía y durante varios días un grupo de tres marineros estuvo informando a los dueños de perros que no se podía estar ahí con ellos. Lamentablemente, eso duró poco tiempo y como siempre en nuestro país tenemos infinidad de normas y disposiciones de las cuales sólo se hacen cumplir una mínima parte.

Lo que sí debo destacar es el trabajo que cumplen los guardavidas a los cuales se les ve siempre atentos ante una situación que puede ser riesgosa. Están indicando con banderas los lugares donde es peligroso bañarse por las corrientes de retorno y cuando algún despistado que aún sigue dormido se sumerge, enseguida están ahí para que salga y se bañe en otra zona.

Además, algo que en la función pública no se ve seguido, cumplen el horario en forma correcta.

Espero que esto sirva para que los superiores del Ministerio de Defensa hagan cumplir las disposiciones y así los marineros puedan broncearse cumpliendo con su tarea, en lugar de estar sentados mirando el celular.

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