@|En alguna medida podría considerarse divertida (si no fuese por el visible rencor que conlleva) la persistencia de voces del conglomerado de izquierda en su crítica reiterada a todo, absolutamente todo, lo que el Gobierno de Coalición, en el cumplimiento de sus responsabilidades de gobierno, hace, deshace, propone o dispone.
Todo mal. No hay un solo punto en el que su visión ideológica les permita apreciar, siquiera, un atisbo de acierto en la gestión.
Tiempo atrás, fue galardonada la Ministra Azucena Arbeleche y los movimientos feministas (reconocidos de izquierda) tuvieron la oportunidad de llevar agua a su molino, tan solo con emitir una palabra de elogio o satisfacción a su prédica demandante.
Nadie habló. Graciela Villar, la que dijo en entrevista a Caras y Caretas: “Las mujeres no somos un adorno de la torta”, calló cuando pudo hablar, prefiriendo el silencio ideológico al justo reconocimiento. Pero sí habló denostando a Laura Raffo, cuando debió callar. “La oligarquía o el pueblo”… triste.
Los carnavaleros que lograron con sus ataques en las redes, la deserción de Carballo, de este Carnaval 2022, protestaron porque les cerraron un espacio en Rocha (quizás haya otros); impidiéndoles, en ese lugar, emitir su propaganda izquierdista, embozados en su disfraz de murguistas, sin pensar que el haber llegado a este punto es simple consecuencia de haber trocado su tradicional doble-sentido picaresco, por una herramienta política de la izquierda vernácula.
El desagradable Molina (el que insultó al presidente), hoy como la voz de SUTEL, tuvo el desparpajo de intimar al Ejecutivo a postergar la ejecución de la Ley de Portabilidad Numérica en los celulares, derecho indiscutible; y su Directorio le tapó la boca con un impactante spot publicitario que hace tiempo no se veía. Silencio.
Pereira, el que dijo a fines de año, la Coalición de Gobierno “son unos rejuntados”, a su regreso de las playas de José Ignacio, ensoberbecido por su elección, se creyó con autoridad intelectual, atreviéndose a pedir otra fallida cuarentena, ante sabias y elucubradas decisiones de un presidente impecable y sus brillantes asesores. Inexplicable y reiterativo.
El Pacha Sánchez, conspicuo referente de esas voces intolerantes, citó a 3 ministros a la Comisión Permanente del Parlamento, creyéndose vocero defensor de los ruralistas para exigir saber en qué forma el gobierno compensará a los pequeños productores, por los daños provocados por los recientes incendios forestales, intentando rédito político en un terreno, el AGRO, tantos años olvidado por el FA. reiterativo, en igual forma que tantos y tantas voces en todos los ámbitos.
La gestión de este Gobierno de Coalición ha sido meditada, asesorada, planificada y firme, a tal punto que muchas figuras de la oposición, pretendidos expertos en sus áreas, inconsolables en sus permanentes reclamos, debieron acallar sus voces ante el rotundo éxito, como Bonomi y Carrera en Seguridad, Olesker y Gallo en Salud o Bergara y Ferreri en Economía.
Como quien dice, “metieron violín en bolsa”, lo cual constituye un inicio de algo que la ciudadanía anhela y las mayorías han otorgado: el reconocimiento a un Gobierno de Coalición que ha satisfecho las mayores expectativas, en un momento histórico por difícil, a pesar del tenaz y permanente reclamo de una desnorteada oposición, inconsolable y reiterativa.