@|La izquierda uruguaya tuvo (y tiene) enormes personalidades, entre ellas: Emilio Frugoni, José Pedro Cardozo, Juan Pablo Terra, Hugo Batalla etc.; en el sindicalismo, baste recordar a José D´Elia. Todos ellos, en sus intervenciones parlamentarias o públicas, se estuviera de acuerdo a no, generaban atención y respeto.
No es el caso del senador Mario Bergara.
El senador Mario Bergara, no tuvo mejor idea que iniciar un homenaje (merecido) a una voz icónica del carnaval como Julio Julián, recientemente fallecido, cantando estrofas de una canción de la autoría del homenajeado. Transformó, en nuestro concepto, un homenaje en un acto ridículo que generó bromas entre los parlamentarios, tanto fue así, que la Presidenta del Senado, Beatriz Argimón, tuvo que llamar al orden.
Tal vez para quienes ya ni canas peinamos, esa actitud nos provoca tristeza y decepción. Tristeza porque recordamos parlamentarios, tuvimos un padre que lo fue, cuyas intervenciones despertaban interés. Tan era así que las barras de las cámaras con jóvenes y no tanto, acudían a ellas para escuchar a los oradores de los distintos partidos, intervenciones no exentas de pasión, pero respetuosas, y sobre todo argumentadas.
Decepción, porque tenemos enorme respeto por la institución en sí misma -el Parlamento- porque- de Perogrullo- es la más importante del Estado, en cuanto representa la institucionalidad de la nación, garantiza el Estado de Derecho, controla al Poder Ejecutivo; en una palabra, garantiza la democracia.
Respeto que se traslada a todos sus integrantes, en cuanto que, ahí están, en representación de miles de ciudadanos que en ellos confiaron. Creemos sí, que algunas actitudes, aisladas, por cierto, traicionan a quienes, para que ahí se encuentren, los votaron. ¿Acaso es admisible que un representante nacional concurra a una sesión con una camiseta con la inscripción “No a la LUC”, o con imágenes que representan sistemas dictatoriales como el “lucir”, en la asunción presidencial, una camiseta con la imagen del Che Guevara?
Si está todo aceptado y permitido, ¿por qué no ir a las sesiones de short, camiseta y chancletas o ante el fallecimiento de un destacado jugador de fútbol, en su homenaje, se cante el himno de institución a la que perteneció?
Creemos que actitudes como la del senador Mario Bergara, faltan el respeto a toda la institución y obviamente a sí mismo. El Dr. Emilio Frugoni al asumir en el parlamento en febrero de 1911 expresó… “yo he venido aquí a hacer escuela de decir agradable…” · Lejos están las palabra de Emilio Frugoni, al cántico con el que inició su intervención el citado senador, en el homenaje a que hacemos referencia. Lo del título (frase de Napoleón Bonaparte).