@|Hemos visto durante los dos años y poco de duración hasta la fecha del gobierno en funciones, todo tipo de actividades de desestabilización social por parte de los políticos de la oposición; de los sindicatos de trabajadores (y también de médicos); de representantes de educadores, estudiantes universitarios; de organizaciones feministas y afines.

Han atacado permanentemente las decisiones y las acciones del gobierno en todas las áreas, haciendo planteos fuera de lugar y sin sentido y, en otros casos, imposibles de ser aplicados en la práctica. Adicionalmente, no concretaron nada de eso durante los 15 años de gobiernos de la izquierda uruguaya.

Han creado y aumentado una “grieta” entre los uruguayos, más allá de que quieran negarlo. Y son particularmente preocupantes algunas circunstancias vividas en las últimas semanas:

- Declaraciones absolutamente fuera de contexto del presidente del Frente Amplio, prácticamente llamando a una “revuelta en las calles”.

- Propuestas y reclamos totalmente desubicados realizados por el PIT-CNT en ocasión de su acto del 1° de Mayo.

- Paros en el puerto de Montevideo decretados por el SUPRA (Sindicato Portuario), paralizando las actividades de uno de los puntos más importantes de la actividad del país.

- Manifestaciones de una representante de la FEUU (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay) poco menos que reclamando fórmulas para terminar con la democracia republicana.

Y, adicionalmente, todas las semanas se concretan manifestaciones ante “Torre Ejecutiva” pidiendo soluciones inmediatas para problemas de todo tipo y características, que no le competen al gobierno.

Es imprescindible que “los uruguayos de bien” brindemos nuestro apoyo a las autoridades legítimamente constituidas y nos manifestemos en los ámbitos que estén a nuestro alcance para respaldar la constitucionalidad y garantizar el futuro del país.

Mucho de los que ocurre ahora tiene grandes puntos de contacto con las barbaridades que tuvimos que soportar en Uruguay en los últimos años de la década de “los 60” y principios de “los 70”.

Atención uruguayos: ¡es ahora!