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División dogmática o salto al vacío

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Juan Pedro Arocena | Montevideo
@|¿Gabriel Oddone o Daniel Olesker? Un verdadero “déjà vu” y a la vez, lo que puede ser un anticipo del salto al vacío que significa someter al país a una doble conducción económica como ya sucedió durante el gobierno de José Mujica. Me refiero al duro enfrentamiento del período 2010-2013 entre el Cr. Fernando Lorenzo (astorismo) al frente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y Robert Gabriel Frugoni (MPP) a cargo de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).

“…no sólo ANCAP sino otras empresas públicas estaban “fuera de control” … Te pido que recuerdes una tensa sesión realizada en 2012, durante la cual Fernando y yo hicimos una intensa y extensa argumentación al respecto. Lamentablemente nuestros planteos fueron inútiles… También dijiste que no te llevan con el poncho, lo que me parece muy bien. Con el mayor respeto te digo que a mí tampoco.” Cr. Danilo Astori (diciembre de 2015).

El texto está extraído de una carta abierta de Astori en respuesta a Mujica que, junto con Sendic, responsabilizaban al MEF del desastre de ANCAP. Recomiendo leerla porque da cuenta de la división dogmática extrema que vivía el Frente Amplio, que permanece en nuestros días, y que implicaría un enorme salto al vacío si resultara victorioso en las elecciones de 1ª. y 2ª. vuelta de este año. A Astori no lo corrieron con el poncho, pero al astorismo sí. Con el poncho, con la descalificación leninista, con la hegemonía gramsciana, con la freidora estalinista, con el fanatismo dogmático o con todo a la vez.

Siempre ha ocurrido así con esa izquierda ladera del comunismo. Nunca terminan de asumir el triste papel que han jugado en Uruguay y en el mundo para llevar al poder primero y para alargar la agonía después, de una manera de pensar y gobernar fracasada y perimida pero que todavía levanta la bandera del anticapitalismo y mantiene vivo, como ideal, el desastre de la economía colectivizada.

La división dogmática es, en realidad, una estrategia para llegar al poder. La visión ortodoxa de Olesker es necesaria porque en ese colectivo minoritario pero militante que el FA necesita, mantiene vivo el paradigma revolucionario antisistémico que posee el secreto de la sociedad perfecta, el que, sigue legitimando cualquier estrategia transgresora como la del plebiscito antipatria, con 100.000 firmas truchas, dobles o de difuntos.

La presencia de Gabriel Oddone es necesaria para dar tranquilidad a la gran masa de votantes no ideologizada que rechaza los extremos. Siempre fue así. En 1971 Juan Pablo Terra le daba tranquilidad a la Vertiente Social Cristiana; Líber Seregni garantizaba el orden y el patriotismo militar; Rodney Arismendi la insurrección obrero- sindical y estudiantil y Enrique Erro con la 4190 atraía los votos de los que sólo creían en la vía armada. En 1984, fue Hugo Batalla quien protagonizó la moderación y después el Cr. Astori... En 1990, el Foro de San Pablo fue fundado para mantener la vigencia de la izquierda ante la inminente debacle del socialismo real. Sus padres fueron dos figuras que, a nivel continental, representaban ambos polos de esta “división dogmática”: Fidel Castro y Luiz Inácio Lula da Silva. Once organizaciones frenteamplistas y el propio Frente Amplio adhieren a él.

Cuando estas líneas sean publicadas, muy probablemente la fórmula presidencial del FA sea Orsi - Cosse, es decir tupamaros y comunistas. Aquellos que, basados en las declaraciones siempre indefinidas de Yamandú Orsi, creen a pie juntillas que su probable gobierno discurrirá dentro de un talante moderado se equivocan. Son muchos los cuadros frenteamplistas que creen que llegó la hora de las reformas revolucionarias (de 2ª. generación las llaman). Por ello, un gobierno del FA constituiría un verdadero salto al vacío. ¡Evitémoslo!

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