Manso, pero no tonto | Montevideo
@|Es una constatación personal, validada por opiniones de amigos y conocidos, que las personas de la izquierda uruguaya tienen necesidad de confrontar con quienes no opinan lo mismo siempre y sobre cualquier tema.
Pero, la característica preocupante es que pretenden ser “dueños de la verdad”, intentan convencer a los otros de ello con o sin argumentos y adicionalmente pueden atribuir en determinados casos intenciones indebidas a quienes no comparten sus puntos de vista.
Ocurre a nivel de los políticos que integran esa organización a todo nivel y, ni que hablar, los sindicatos o supuestas “organizaciones sociales” afines a ese conglomerado, pero también “en el mano a mano”, en reuniones presenciales, incluso cuando se dan entre amigos o conocidos.
En lo personal, también lo he constatado a nivel familiar con quienes tienen visiones diferentes a la mía, debiendo evitar entrar en esas temáticas para no deteriorar los vínculos afectivos.
Una manera de encarar los disensos que no aporta nada al avance consensuado de la sociedad.