Uruguayo de pura cepa | Montevideo
@|Estamos a pocos días de la “segunda vuelta” de las elecciones nacionales y los ciudadanos debemos definir a quién le asignaremos la responsabilidad de la conducción ejecutiva del gobierno del país por los próximos cinco años.
Es muy importante a esos efectos tener en cuenta el perfil de los candidatos, los planteos que han hecho conocer hacia el futuro, su experiencia previa en cargos políticos de responsabilidad, el liderazgo interno con el que cuentan, como factores más relevantes.
En el caso de Álvaro Delgado, estamos frente a una persona con notorios antecedentes en el Parlamento y en cargos diversos de responsabilidad; habiendo sido el último Secretario de la Presidencia de la República durante este período gubernamental. Se ha mostrado sensato en sus propuestas y con enfoque de negociación y búsqueda de acuerdos. Tiene el respaldo del Partido Nacional y el apoyo del Partido Colorado y demás integrantes de la Coalición Republicana, todos ellos con enfoque de continuidad en el desarrollo y crecimiento del país.
Respecto a Yamandú Orsi, ha tratado de evitar declaraciones de todo tipo, sin trasmitir la imagen de conocimiento de los temas a afrontar y generando dudas sobre su capacidad para comunicar. Solo ha desempeñado funciones como responsable de un departamento del país. Ha ido y venido en sus propuestas y ahora parece que pretende desoír el resultado del plebiscito sobre seguridad social, planteándose reformas a futuro no validadas por el grueso de la ciudadanía. En su Frente Amplio, está en manos de las decisiones que vayan a adoptar fundamentalmente el “MPP” y el Partido Comunista, cuyos representantes han sido los voceros en el proceso electoral hasta el presente.
Adicionalmente, maneja como candidatos en materia de seguridad a personajes que fracasaron en la función en anteriores gobiernos de los 15 años de su colectividad política y, en otro ámbito, pretende dejar la educación en manos de los sindicatos de la enseñanza, con todo lo que ello implicaría en materia de agravamiento del deterioro de ese importantísimo aspecto de la vida en sociedad.
¡Hay que jugarse por el futuro de todos: Delgado Presidente!