El renacer de Piriápolis

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@|Lo bueno y lo malo.

Es evidente que la “liberación” de Piriápolis de la prolongada administración del MPP (MLN) ha generado notorios cambios positivos.
El impulso del anterior Alcalde, el señor Invernizzi, pareció haberse agotado con la remodelación de la Rambla de los Argentinos en sus cinco principales cuadras; obra muy controvertida por la baja calidad de los materiales empleados como por sus precarias terminaciones y posterior deficiente mantenimiento.

El segundo balneario del país debe conjugar necesariamente condiciones amigables de convivencia con entornos agradables y servicios eficientes. De darse lo anterior vendrán y disfrutarán más los turistas, habrán más inversiones, verán más rentables sus negocios los empresarios, micro empresarios y emprendedores locales y se generará así gran cantidad de fuentes de trabajo para los habitantes permanentes de Piriápolis y cercanías.

Se han ido viendo variadas mejoras como la reconstrucción del murallón y del pasaje superior de la Avenida Piria, cambio de contenedores de basura, esmerado y notorio mantenimiento de la icónica rambla, reposición de árboles sobre la misma, señalizaciones para tránsito y esmerada gestión de la basura.

Se concretaron, también, obras de mayor envergadura como la pavimentación de 60 cuadras en los barrios La Falda y Los Ángeles y recientemente se inauguró una millonaria obra de verdadera calidad y visión de futuro, la rambla de Punta Colorada y su ciclo vía anexa, continuación, hacia el Este de la rambla de San Francisco librada al uso en la temporada pasada.

El Intendente Antía ha anunciado para este año 2022, obras en Punta Fría y es lógico esperar algo muy reclamado por vecinos y turistas que es la reconstrucción de la rambla de Punta Fría hasta el puerto, así como de la Avenida Piria en toda su extensión.

Hemos enumerado obras de infraestructura y funcionamiento urbano; miremos, ahora, la otra pata del asunto: la convivencia.

Queda por mejorar y mucho lo que hace a contaminación sonora, las ruidosas “corridas” por todo el balneario en las madrugadas y las verdaderas “bailantas nocturnas” a cielo abierto que se arman en la Ramblita. Quedan por asumir los controles de motos y autos con caños de escape libre y surrealistas equipos de sonido que producen verdaderos “ruidos molestos” a toda hora del día y en cualquier lugar.

Se han adoptado diferentes medidas tendientes a mejorar la convivencia; se han aumentado los móviles de inspectores municipales; se ha aumentado la presencia policial y de Prefectura, pero la realidad muestra, claramente, que no han sido suficientes.

Los autos con caños de escape libre no deben ser más de 10 y las motos en esas condiciones no más de 20, lo que hace pensar, considerando las dimensiones de la ciudad y su población, que se pueden fiscalizar y neutralizar aplicando las disposiciones municipales vigentes.

Entre el Puerto y la Rinconada existe un tramo de 3 cuadras de rambla que, de tener bancos y mejor iluminación, permitiría descongestionar otras zonas más pobladas.

Las inmediaciones y jardines del puerto son mantenidos por la Dirección Nacional de Hidrografía, con tanto esmero, que estos lugares se han llegado a transformar en un verdadero parque muy disfrutado por la gente.

Piriápolis por sus condiciones naturales, su entorno y su seductor tamaño merece que las autoridades continúen buscando soluciones a los problemas de convivencia mencionados.

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