El seudónimo y el puerto

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@|Un señor que oculta su verdadero nombre, a través de un seudónimo, hizo mención recientemente a mi persona con comentarios críticos a través de una nota titulada “El relato del Puerto”. En especial me atribuye el no haber denunciado las irregularidades en que, según él, incurrió el gobierno del Frente Amplio en beneficio de Montecon.

Y es verdad, no denuncié algo que fue consentido por los Directores del Partido Nacional que integraron durante esos años el Directorio de la A.N.P., incluyendo al propio Dr. Curbelo, a lo que se agrega que el Dr. Rodrigo Ferrés fue contratado por esa Institución como asesor de esos Directores y cumplió esa responsabilidad durante 8 años. Si los que tenían la responsabilidad de controlar la gestión a cargo del F.A., que contaban nada menos que con el asesoramiento de un Profesor de Derecho Administrativo de la jerarquía del Dr. Ferrés, no lo hicieron, obviamente, menos podía hacerlo yo.

Parece evidente que la interrogante de por qué no se denunciaron esas pretensas irregularidades, Justiniano debería formularla a los Directores que, por el Partido Nacional, integraron el Directorio de la A.N.P. y al propio Dr. Rodrigo Ferrés que fue su asesor jurídico.

Pero sí, critiqué duramente, en un artículo en la Revista Naval, el proyecto del puerto de aguas profundas promovido por el Presidente Mujica que estimé era inviable; sostuve en una publicación en este diario, que Gas Sayago no era factible si no estaba asegurada la venta del excedente del fluido; en la Revista de la Liga Marítima de diciembre de 2019, sostuve que el proyecto de la Hidrovía del Río Uruguay era de muy difícil concreción y más tarde, cuando el Dr. Curbelo acordó con el Presidente de la C.N.D., el dragado a 14 metros de profundidad del canal de acceso al puerto de Montevideo, afirmé que lo autorizado por la CARP era a solo 13 metros y le llevé al Sr. Ministro Luis Alberto Heber copia de las actuaciones de esa Comisión Binacional que así lo indicaban.

Personalmente, no procuro obtener absolutamente nada de mi prédica, simplemente como un ciudadano con más de 60 años en estos temas, me considero con el derecho de dar una opinión sin faltarle el respeto a nadie.

A esta altura de mi vida, en que Caronte ya me ha reservado un lugar en su barca, creo que tengo derecho de efectuar comentarios vinculados a mi especialidad, aclarando que no tengo compromiso de clase alguna con las empresas involucradas que no son organizaciones filantrópicas, ni se inspiran en la Madre Teresa. Buscan obtener ganancias y tienen derecho a hacerlo siempre que no perjudiquen a nuestro país.

Obviamente, puedo estar equivocado, pero a esos efectos sería bueno que Justiniano no se oculte a través de un seudónimo, dé la cara, tenga la dignidad de firmar la nota con su nombre y apellido, demuestre cuáles son los títulos y credenciales que lo habilitan a descalificarme y lo haga, no con afirmaciones genéricas, sino con datos concretos.

De ese modo, es posible que podamos entendernos.

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