El vertido de desechos cloacales y químicos al Río de la Plata

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@|Hemos leído con atención interesantes artículos en este mismo diario del columnista Dr. Juan Oribe Stemmer, que se unen a la campaña que fuera iniciada el año anterior por el Dr. Edison González Lapeyre y por el suscrito.

El tema ya tiene estado público y ha superado el oscurantismo de casi once años desde que ligeramente y sin medir las consecuencias, la CARP aprobó en enero del 2009 la autorización para la mega obra del Riachuelo-Matanzas.

La cuestión de los desechos del Río de la Plata y la obra del emisario subacuático son hoy un tema de preocupación, aunque las dificultades de comprensión de un tema técnico hacen que el abordaje gubernamental relativo a la búsqueda sea dificultoso luego de años de silencio y de falta de antecedentes.

Es increíble que la CARP o la DINAMA no hayan recibido información periódica sobre este emprendimiento muy necesario, por cierto. Basado en una autorización única del 2009, no se nos ha proporcionado información ni tampoco Uruguay la pidió. La empresa AYSA que construye la obra y que es paraestatal, al conocer los niveles de inquietud actual envió ahora, presurosa, a la CARP un informe de 320 páginas que no es público y se presume contiene la misma información de impacto ambiental del año 2008.

Estamos solicitando que se realice con urgencia un estudio de impacto ambiental independiente por parte de Uruguay y que para ello se podría contar con la ayuda del Banco Mundial entidad financiadora del proyecto por el que se aportaron 840 millones de dólares y de 245 millones este último del 9 de setiembre de 2019.

No hemos visto interés del Banco Mundial respecto a éste asunto en el que tiene una gran responsabilidad.

Hemos advertido que el sistema de pretratamiento elegido es el de menor alcance y se desechó un tratamiento más completo por razones de costo y de un modelo matemático basado en la capacidad de dilución del Río de la Plata.

El proyecto aprobado en el 2009, se modificó sustancialmente varias veces y nunca se comunicó a Uruguay estos cambios ni se informó de los mismos.

Sabemos que existe preocupación en el MRREE sobre este tema, luego de un aggiornamento de información y de desechar argumentos continuistas más destinados a disimular la responsabilidad política del asunto en el pasado que a intentar solucionar un problema que ahora sí se reconoce.

Conjuntamente con el Ministerio de Ambiente que estuvo activo en la recopilación de información y en la búsqueda de caminos para el planteamiento del tema, el MRREE está estudiando a nivel de comisión y en consulta con la CARP- que ha variado su actitud y reclama monitoreos- y se aguarda se plantee oficialmente en el seno de la CARP las lógicas preocupaciones ambientales de Uruguay en un ámbito diplomático que dará posteriormente lugar a uno científico.

Nadie nunca pensó sacar rédito político de un asunto nacional y ambiental. Nadie tampoco pensó en entorpecer el emprendimiento argentino, pero habría que verificar si es indicado ajustar la parte de control del vertido químico, de metales disueltos y bacterias. No se entiende la elección de una planta o sistema de menor costo de pretratamiento de aguas, que puede introducir diversos problemas al Río y a las poblaciones ribereñas.

Existe, sin embargo, una responsabilidad evidente y ahora se aguardan resultados: la obra finaliza en un año y medio, a más tardar.

Controlar luego de que el sistema comience a bombear sería un grave error. Sólo serviría para reclamaciones jurídicas, tensiones y el daño estaría ya hecho en materia de contaminación del Río de la Plata. Vale entonces la pena preocuparse ahora.

Queremos estar tranquilos y ser precavidos en materia ambiental.

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