Néstor Lioret | Montevideo
@|Señor Director, viendo en la vecina orilla la decisión de evaluar la idoneidad, recordé una idea que compartiera en vuestro espacio. La misma adquiere especial relevancia ante el cambio de signo de gobierno por uno tradicionalmente inclinado a mantener contentos y disciplinados a los funcionarios públicos a través de sus sindicatos.
A continuación la propuesta:
Hoy día cualquier teléfono celular tiene una capacidad de procesamiento que haría palidecer a la computadora de abordo que guió a los astronautas del programa Apolo en su aventura a la Luna.
En esa época, la gestión y administración de cualquier industria o gobierno era a fuerza de papel, archivos físicos, doble o triple copia, sellos, vistas, firmas, correspondencia en papel, telegrama, teletipo, telefonía escasa, etc.
Era lógico cierta lentitud, fruto de esta fricción y sus condiciones de contorno.
Desde hace décadas que administraciones de todos los partidos, a pesar de los avances tecnológicos, se dedican a engrosar las plantillas de empleados superpoblando Ministerios, Intendencias y organismos con razones de dudosa validez y personal de cuestionable idoneidad; para hacer el mismo trabajo de siempre, invitando a un banquete con nuestros impuestos.
La mansedumbre de nuestro ser nacional y su estatismo casi genético hace que lo tomemos como un hecho natural.
Se me ocurrió una idea para realzar el acceso al tan deseado empleo público (¡que poca ambición!): pongamos algunos requisitos que levanten el nivel general y dignifique el acceso a estos cargos, y que conste que no incluyo ni docentes, policías, militares, profesionales de la salud, etc.
Los requisitos para acceder a un empleo público: ser ciudadano natural, mayor de 18 años, menor de 63 años, Secundaria completa, carné de salud vigente, certificado de antecedentes judiciales.
Sumado a esto, una vez al año se realizará un concurso de oposición y méritos. Este concurso dará un orden de precedencia; pasando a integrar una base de datos nacional de empleados a cargo público. A dicha base están obligados a recurrir todos los que quieran engrosar sus plantillas de trabajadores. El postulante electo deberá aprobar, previo a su ingreso, un curso que al menos versará sobre: Constitución de la República, deberes del funcionario público, TOCAF, atención al cliente, ética y corrupción, prevención y seguridad, uso de recursos informáticos.
Por supuesto dichos empleados usarán uniformes a efectos de incrementar la seguridad de las instalaciones (impidiendo que cualquier desconocido pase a áreas sensibles), también mostrando un decoro indispensable hacia quienes les pagamos el sueldo.
Lamentablemente, nuestra clase política no está a la altura. Unos porque pierden la cantera donde colocar familiares, amigos y correligionarios sin conchabo; otros porque no pueden ir contra el músculo sindical.
A las pruebas me remito viendo la reacción que tuviera en su momento la propuesta de regular el ingreso a las Intendencias.