@|Soy del interior y me encuentro en Montevideo en plena ola polar.
Ojalá la crónica policial no dé cuenta del fallecimiento de alguna/s personas que, durmiendo en la calle, no pudieron aguantar las bajas temperaturas.
Hay refugios para cientos de ellos; confortables y algunos donde también les admiten sus mascotas. Hay equipos que recorren la ciudad tratando de convencer (¿u obligar?) a los reacios para que acudan a esos refugios.
Sin embargo, es muy probable que no convenzan a todos. Ese es el momento en que entra en escena el buen vecino. Un simple llamado telefónico -911 y otros- señalando el lugar donde duerme alguien en esas condiciones conseguirá el auxilio que quizás pueda salvar una vida.
Se trata, pues, de no ser indiferentes.
Hace mucho, mucho frío. ¡Colaboremos!