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Grandes desafíos

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Dra. Diva E. Puig | Montevideo
@|Las formas de vida han sido varias, y se distingue la animal y la vegetal; la primera, arraigada en el sitio en que nace, la segunda, saliendo de él, ya sea con alas, si es un ave, o pies.

Toda forma de vida contribuye para que otra forma de vida subsista.

Desde que el mundo es mundo ha afrontado dos grandes peligros: guerras y enfermedades. Cada siglo ha traído algunos o muchos cambios en la vida de las sociedades, tanto en beneficio como en perjuicio de éstas, debido a que por un lado hay países con adelantos de primer nivel y otros, donde su población vive en la pobreza extrema y es diezmada por enfermedades que en otras partes del planeta están extinguidas o controladas, aunque siempre estamos expuestos al surgimiento de nuevas enfermedades. La prehistoria y la historia de la humanidad, iniciada con el Paleolítico, Neolítico y Revolución Agrícola, dieron comienzo a las civilizaciones y han ocurrido diversos procesos hasta llegar a nuestros días, con una tecnología que ha permitido avances impensables en la ciencia, y todas las disciplinas.

A eso se agregan las permanentes guerras y todo parece indicar que esto no variará y que los mapas seguirán cambiando. Las guerras, además de las vidas que se llevan y las familias que destruyen, dejan desasosiego, economías y ciudades destrozadas, efectos económicos, sociales y psicológicos en la población. Como decía el ex presidente de Perú, Fernando Belaúnde Terry, “los países están cada vez más armados, para terminar con menos seguridad.”

Millones de expulsados de sus países por guerras, insurrecciones, ocupaciones, con hambre y sed, caminan por el mundo arrancados de su tierra y sin un destino cierto. Niños son apartados por sus propios padres y dejados solos para que puedan llegar a un país que les ofrezca un futuro mejor, otros mueren en el mar o navegan en embarcaciones que no encuentran un puerto donde anclar. Durante muchos siglos, la vida del ser humano se asemejó a la del animal, era nómade. Durante el Paleolítico se organizaban en clanes, que eran pequeños grupos familiares. Eran cazadores y recolectores nómades. Vivían de la caza de animales grandes y pequeños y de la recolección de todo tipo de plantas y frutos. Vivían en cuevas que los protegían de las inclemencias del tiempo y más adelante, construyeron cabañas con pieles de animales y troncos. En el Neolítico era sedentario y vivía en tribus, grupo social que comparte un mismo origen, costumbres y tradiciones.

Las distintas fases de la organización social se han caracterizado por la naturaleza variable de las relaciones entre el individuo y la sociedad. El Hombre, debido a diferentes factores, ha ido cambiando las formas de relacionarse en la convivencia con la fauna y la flora, en algunas oportunidades, somos nosotros quienes infectamos a los animales y otras, la mayoría, son ellos quienes nos traen las enfermedades a nosotros. Esta biodiversidad hace posible la sostenibilidad de la vida en el planeta y hoy en día esta convivencia está en peligro debido a la mala actuación que el ser humano ha tenido en la preservación de este equilibrio. Las consecuencias se ven en el calentamiento del planeta, en deshielos, desaparición de muchas especies de animales, así como en otras áreas. Incluso el peligro se extiende al espacio con la llamada “basura espacial”, restos de distinta clase de objetos utilizados en el espacio.

Los desafíos son muchos, solo dependerá de los distintos líderes lograr conducir a nuestro mundo hacia caminos de paz, libertad y respeto por los derechos de todos.

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