@|Hoy en día nadie se asombra al ver personas en la playa con el celular en la mano, presos a la maquinita electrónica.

Parece extraño que las personas, en vez de contemplar el paisaje natural que está frente a sus narices y ojos, se decanten por las imágenes representadas en las pantallas.

Pienso que las informaciones captadas por nuestro cerebro a través de nuestros sentidos, frente a un paisaje natural, son más completas porque el lugar natural donde uno está tiene olores, calor, frío, cambios, luminosidad, sonidos, matices de colores, energía electromagnética.

Si uno ve un paisaje virtual, irreal, porque representa la realidad, ese sitio es un no lugar. No existe en la geografía real, sino que existe en una dimensión inhabitable.

Estos nuevos hábitos adictivos con aparatos tecnológicos establecen una forma diferente de vivir, porque no disfrutamos plenamente un determinado paraje en un determinado momento.

Frente a la opción, me quedo con la libertad de la realidad natural. Prefiero dejarme llevar por las sensaciones del lugar real y natural, fundiéndome en el Cosmos al que pertenecemos.

Prefiero a mi amiga, la realidad natural.