@|Leí con mucha atención el artículo de Maite Beer (sábado 7 de enero) acerca de las dificultades que algunos niños discapacitados, en particular los neurodivergentes, tienen para acceder al sistema educativo.
Como dice el Dr. Paiva, la solución pasa por tener maestros y asistentes capacitados. Pero no debe quedar sólo en eso.
Existe en el Reino Unido una metodología llamada SEMH (por las siglas de Salud Emocional, Social y Mental, en inglés) que lo que busca es, precisamente, resolver estas dificultades, de una manera satisfactoria para los alumnos, sus familias, el sistema educativo y el sistema de salud a través de la especialización, no sólo de los docentes, sino de todo el personal que tiene contactos con el niño o adolescente, logrando así una verdadera inclusión.
Hace ya un buen tiempo que vengo interesándome en el tema y tratando de ver cómo podría aplicarse en los centros educativos de nuestro país.
Ojalá pronto podamos hacer posible que esas dificultades que se plantean en el artículo sean cosa del pasado.