@|Durante estos dos años que viene cumpliendo la pandemia, tuvimos oportunidad de ver situaciones llamativamente contradictorias; entre ellas, la que vivimos durante el pasado mes de febrero con motivo de nuestras vacaciones anuales. Estando con mi familia en Rocha fuimos hasta el Parque Santa Teresa a fin de que nuestros hijos pudieran conocerlo y disfrutar de los amplios espacios abiertos. Al ingresar nos fue solicitado por el retén el famoso pase sanitario.

Dado que era la primera vez que me lo pedían, logré mostrar mediante la aplicación Covid que tenía ambas vacunas y dado que mi esposo tenía ya tres dosis, pudimos ingresar.

En ese momento, me surgieron varias preguntas: siendo un parque abierto donde, salvo algún lugar cerrado como el invernáculo, no se exige el uso de tapabocas y difícilmente se produjeran aglomeraciones, ¿para qué solicitaban el pase? Y lo más irónico es que yo tengo dos vacunas y se me permitió el ingreso por contar con pase sanitario, siendo que según leí posteriormente en la prensa, una persona con dos vacunas y más de 180 días de recibir la última dosis equivale a una persona no vacunada.

Por tanto, bajo esta premisa, yo entré por tener un pase que en teoría no debería tener actualizado y otro ciudadano que decidió vacunarse no podría ingresar.

Entiendo que ya estamos en otra etapa de la pandemia y que el Gobierno se encuentra analizando el levantamiento parcial o total de las medidas sanitarias, pero la coherencia siempre debería primar si queremos que la sociedad tire toda para el mismo lado.