Jefe de Seguridad del Presidente

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@|Inmediata respuesta ante penosa maniobra delictiva.

Una intencionada maniobra, del año 2015, realizada en la Planilla de Antecedentes y anotaciones penales, que llevan oficinas especializadas del Ministerio del Interior, logró desvincular el documento de identidad de quien se desempeñara como Jefe de la Seguridad del Primer Mandatario, de su frondosa lista de antecedentes penales.

Al regreso de una breve licencia en el exterior, el Presidente de la República se enteró que en la residencia presidencial lo aguardaba el Director de Inteligencia de la Policía, para proceder a detener a este funcionario -que lo había acompañado en ese viaje- por encontrársele presuntamente responsable de una trama delictiva en la que se falsificaba documentación pública para que, ciudadanos de origen ruso, adquirieran la ciudadanía uruguaya.

Ha tomado estado público que, según consta en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, entre el año 2003 y el 2018, el infiel funcionario -que abusó de la confianza depositada en su persona- tenía más de veinte anotaciones por hurto, estafa y apropiación indebida y así fue comunicado a Presidencia por el entonces Ministro del Interior, el fallecido Jorge Larrañaga.

Se trataba de una investigación compleja y de larga data… Se informó desde Fiscalía que en las averiguaciones cumplidas desde 2019, no se logró formalizar a nadie, pero el asunto en cuestión “quedó en carpeta” y un alerta que provino del exterior motivó que se volviera a impulsar, en estos días, la investigación que ha motivado tanto revuelo.

Hasta el momento han sido judicializadas varias personas integrantes de esta “banda”; entre ellas y además del custodio presidencial, un escribano público uruguayo, un ciudadano ruso y dos funcionarias del Registro Civil. Seguramente el asunto tendrá más derivaciones.

Todos ellos habrán de responder penalmente por distintos delitos en los que hayan incurrido. La oposición ha puesto su grito en el cielo, por lo que ha denominado un “escándalo”, “falta de claridad y de coordinación”, “la sociedad uruguaya requiere de transparencia” e incluso de preguntaron “si no hay nadie que haya presentado su renuncia”.

Lo ocurrido, que sin lugar a dudas ha sido un impacto para el gobierno, mostró al Primer Mandatario sorprendido, pero a la vez, tranquilo, dando prestamente la cara en una conferencia de prensa para brindar, de primera mano, la situación que atravesaba, la que afectaba “más a su familia y a él mismo”, que a la población en general.

Lo ocurrido dejó al descubierto la vulnerabilidad de Sistema de Gestión que fue objeto de esta maniobra, así como la necesidad de fortalecer los mecanismos de seguridad del mismo.

De lo expresado entendemos que resultan por demás pertinentes las medidas dispuestas: sumarios para deslindar responsabilidades e investigaciones administrativas, actuaciones que darán sus resultados.

Resulta por cierto inadmisible favorecer una maniobra de este tenor y hacer incurrir en un error de tal gravedad al Presidente de la República, al momento de confiar un cargo de esa naturaleza.

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